lunes, agosto 25, 2008

Beijing 08 - Día Nº 16: DONANTES DE ORGULLO

(Sepan disculpar, pero este primer párrafo, quedará vacío para que la imaginación haga su trabajo y ustedes pongan las palabras que les parecen más justas o adecuadas para este grupo y otro logro para el recuerdo. Sólo ver la imagen a continuación, servirá de inspiración)


Fue un día especial para el deporte argentino. Lo que nos hemos encontrado en el parquet del Wukesong Olympic Stadium es una demostración de algo más que carácter, esfuerzo, lucha, o como quieran llamarlo. Algunos le podrán decir amiguismo. Otros, que no pueden entender como esos tipos, que después de perder la chance de revalidar la medalla de oro conseguida hace cuatro años en Atenas, y también la ausencia de su jugador estrella, hicieron lo que hicieron para colgarse la de bronce. Sí, como ya se dijo, es de ORO. Pero lo que es de ese color realmente, es el corazón de estos jugadores. Un culto a la emoción.

Decir que lo de Andrés Nocioni es algo fuera de lo normal, es cierto. Con tendinitis en una de sus rodillas, estuvo en duda en el juego por el tercer lugar contra Lituania. El equipo había notado su ausencia en la segunda mitad con EE.UU., pero Chapu puso esos huevos de toro que tiene (¿Por eso jugará en los “Toros” de Chicago”?) Decir que Carlitos Delfino demostró que es un basquetbolista 100% NBA, es cierto. Con mano de seda durante todo el torneo, fue el mejor sexto hombre del campeonato. Bah, más que sexto fue un titular más, por minutos y aporte en ataque y defensa (¡Teléfono para Toronto! Aplausos para los rusos) Decir que Scola es el próximo “nuevo” líder de este conjunto exitoso, es cierto. Con la misma pasión y dialéctica como expresa su análisis sobre el deporte, fue una locomotora debajo del aro y se enfrentó a tipos de mayor contextura física, pero con su rápido movimiento de piernas y su toque al aro, los madrugó a todos. Decir que el espectacular aporte desde el banco de Paolo y Leo Gutiérrez los convierten en grandes protagonistas de esta conquista China, es cierto. Como el incansable trabajo de Oberto y la conducción sin fisuras de un Prigioni, que si bien no hizo olvidar al mágico Pepe por tener estilos diferentes, demostró que llegó para quedarse en la base. ¿Falta alguien? Uno muy importante…


Esa imagen de dolor y retiro casi voluntario del rectángulo de juego, hicieron rememorar esa torcedura en Indianápolis 2002. También el karma que atravesó el abanderado de la delegación nacional con su franquicia, por haber decidido él, sin que nadie le tuerza el brazo, que en los Juegos Olímpicos de Beijing iba a estar. Porque él lo quería. Porque él lo sentía. Porque sus compañeros/amigos lo necesitaban. Y porque, por encima de todo, Ginóbili es sencillamente, un jugador de básquet. Nada más y nada menos que eso. Como papá Najnudel siempre lo pregonó…

Durante el desarrollo del juego frente a los europeos, nadie pensaba en el match perdido frente al reinventado Dream Team (al de Barcelona ´92 no le llega ni a las medias). ¿Algo difícil, no? Después de haber estado cerca en varios pasajes del juego de semifinales, la derrota no caló hondo en el grupo. ¿Por qué? Fácil. Son 12 tipos que se apoyan el uno al otro. Amigos, muy amigos la mayoría que dejaron entrar a los que hasta hace unos años los veían por la tele y disfrutaban, lloraban y festejaban, esas jugadas contras los top del planeta. Y el técnico, tan cuestionado luego del Mundial de Japón hace dos años, pudo vivir su momento más glorioso. Este grupo lo cobijó y le dio un espaldarazo gigante en declaraciones a los medios, pero sobre todo, en la rigidez táctica al cual fueron empleados por Hernández.


Dicen que cambiar no es sencillo, y tanto los jugadores como Oveja tuvieron que aprender uno del otro. Y la final, todos celebraron. Pero el DT mucho más. Porque pudo subir de nuevo al podio al básquet argentino. Y además porque en el último juego lo tuvo a Manu Ginóbili como un ayudante más. Increíble ver a Emanuel en el banco. ¿Quién dijo que no jugó porque los Spurs se lo obligaron? El que perdió el tiempo pensando en eso, esta más lejos de saber lo que significa este equipo para la historia del deporte argentino, que nuestro país de pelear el primer puesto del medallero…

Las toallas comenzaron a volar por el aire. Era el final para un día especial. Empezaron los abrazos entre todos. La Generación Dorada volvió a pisar y dejar su huella histórica, esta vez, en Medio Oriente. Desde aquel Premundial en el Estadio Rucache en la provincia de Neuquén hace siete años, el tour de los dorados presentó su obra maestra por Estados Unidos, Grecia, tierra japonesa, diversas ciudades de Europa y muchas otras de América. Y lo volvió a hacer en China. Estos hombres han sido a lo largo de su vida, donantes de orgullo a nuestra patria. 100% argentinos. Corazón que no se vende. Emociones que, todavía, quedan en el alma…

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