domingo, agosto 24, 2008

Beijing 08 - Día Nº 15: BI ORO

Sobre el campo de juego del estadio Nido de Pájaro, esos 18 jugadores súper profesionales cantan y festejan. Hay satisfacción por haber defendido con éxito la medalla dorada lograda en Atenas 2004. Una tarea que para muchos fue en los papeles iba a ser fácil, sobre todo después del Messigate con el Barcelona y la confirmación de que Leonel iba a ser parte del grupo en Beijing. Por haberlo ganado invicto, por haberse llevado puesto a Brasil (¿Chau Dunga?) y, sobre todo, porque el team expuso jugadores de buen pie y trato de jugar a la pelota, aplausos para estos chicos que se comieron a todos camino al BIORO…

Argentina se posicionó en el campo de juego igual que contra Brasil y con los mismos intérpretes. Los cuatro del fondo, con Pablo Zabaleta más adelantado cuando el seleccionado atacaba. Mascherano y Gago, en el medio, más los creativos (Messi, Riquelme y Di María), y Agüero, algo aislado arriba. Y hasta la acción en el césped se pareció al partido frente a los de amarillo. Los creadores de juego casi no se juntaban y el equipo de Batista no le encontraba la vuelta a un duro planteo de los africanos. Nigeria, con futbolistas que se parecían más a los atletas que corrieron por la pista en ese estadio (con gran porte y una envergadura elocuente), estaba a la espera para dar el golpe de gracia.

Paso el PT, sin mucha acción para los arqueros. El excesivo calor (¿Hacia falta jugar a las 12 del mediodía?) y el miedo a equivocarse, planteaban un juego cerrado. Hasta que a los 12´ del complemento se dio The Play of the Match. Se dice que los esquemas están para ser rotos. Y los que tienen la posibilidad de hacerlo, son elegidos. O al menos, tienen una cuota de ilusionismo mayor al de otros. La gran revelación argentina en los Juegos, un pibe que se fue con pocos partidos en la Primera de Rosario Central para jugar en el Benfica portugués, otra vez no decepcionó: Angelito Di Maria definió bárbaro por encima de Vanzekin, que había salido a la desesperada. Un 1 a 0 que premiaba la mayor agresividad del equipo en el complemento. ¿Y ahora? Los nigerianos se fueron con todo adelante para buscar el empate pero chocaron la barrera nacional: el ex Nº 1 de Racing y la pareja de centrales (Garay-Pareja, de enorme rendimiento durante todo el torneo). Al final, se sufrió para conseguir lo que tanto quería Riquelme y compañía. Argentina era campeón de los Juegos Olímpicos. Cosa juzgada.


Como en Atenas 2004, un camino de triunfos consagró al fútbol. Pasó con autoridad en el Grupo A con éxitos ante Costa de Marfil, Australia y Serbia. Sufrió en cuartos de final al vencer a Holanda en tiempo suplementario, con un tanto de Di María. Gozó en semifinales con la goleada por 3 a 0 ante Brasil y se vengó de Nigeria en la definición, luego de que los africanos privaran al seleccionado de la medalla de oro en los Juegos de Atlanta 1996 al vencer al seleccionado de Daniel Passarella por 3 a 2 (Después de 12 años, ¿estaba adelantando o no el que metió el gol?)

El equipo base se mantuvo casi inalterable. Salvo en el match de recambio ante Serbia, Checho apostó a la misma base y del plan inicial sólo Di María le ganó el puesto a Ezequiel Lavezzi. Oscar Ustari empezó como el arquero titular, aunque por una grave lesión dejó al plantel tras el partido contra los naranjas. El ex N° 1 de Independiente también es de oro al igual que su reemplazante a último momento, Nicolás Navarro, quien viajó desde Italia con urgencia para sumarse a la delegación para ocupar un lugar entre los suplentes.

Gran triunfo para el fútbol argentino, que luego de haber conseguido la dorada hace cuatro años por primera vez en su rica historia mundial, no se sacó de encima la responsabilidad de tener que ir a defenderla. Y en eso tuvo mucho que ver un tipo que supo de victorias. Ni mas ni menos que ser campeón del mundo. El Checho Batista (hombre de esos que casi nadie conoce el nombre porque el apodo se lo comió) creo un gran grupo. Y lo condujo con la muñeca que le dio la experiencia ganada en los años. Internamente sabe que pocos han triunfado en el banco de la Selección, y estar en ese selecto grupo lo pone en carrera para la mayor. En un futuro no muy lejano.

Argentina es Bi. Así de sencillo. Con Maradona como hincha Nº 1 y con un equipo plagado de presente y gran futuro, habrá que pensar que en Londres, el TRI no es nada despreciable. Eso sí, Mascherano no puede faltar. Javier es el amuleto y el termómetro de este equipo. Al fin y al cabo, es el único deportista argentino en la historia de las Olimpiadas que se colgó dos de oro. ¿Por qué no pensar en una tercera Masche?....

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