Argentina era serio candidato a quedarse con la plaza que otorgaba la Copa América 2009 para clasificar de forma directa al Mundial del próximo año en Nueva Delhi. Sin embargo, una final anticipada se puso en el camino de este equipo y lo dejó con sabor a poco en la apresurada salida de Carlos Retegui como director técnico.
En Febrero del año pasado Sergio Vigil renunciaba al conjunto masculino tras la derrota ante Nueva Zelanda, con gol de oro, en la final del Preolímpico de Auckland. Era la segunda chance de clasificación para los Juegos de Beijing que Argentina perdía en un lapso de meses. La primera había sido la final de los Panamericanos de Río en 2007, de la mano del mismo rival que el pasado fin de semana nos dejó afuera del Mundial, al menos hasta el momento.
Ante el alejamiento de Cachito, la Confederación Argentina de Hockey tomó la decisión de convocar como reemplazante a un hombre íntimamente ligado a este grupo. Primero como integrante del mismo y luego dentro de la conducción, junto a Sergio.
Carlos Retegui, el Chapa, tomó la posta hasta fines del pasado año, con posibilidades de continuar hasta la Copa América. Sin dudas, el histórico bronce en el Champions Trophy de Rotterdam encendió una luz de esperanza para este grupo, conformado por una combinación de históricos jugadores que comenzaron su carrera en la selección de Manolo Ruiz y los chicos surgidos de la camada campeona junior del 2005 de la mano de Pablo Lombi, irónicamente el reemplazante del saliente Retegui.
Se creyó que los cambios en la conducción del grupo serían positivos, pero ni el entusiasmo de Cacho (avalado por sus grandes logros con el seleccionado femenino) ni la garra del Chapa (que obtuvo el campeonato metropolitano con GEBA en su primera experiencia grande como técnico).
Este equipo tiene excepcionales jugadores, que se destacan en las ligas más importantes de Europa y sin embargo, todavía no pudo dar el salto de calidad que se requiere ante estas situaciones. Con quererlo, desearlo, anhelarlo simplemente, no alcanza. Los últimos 15 años del hockey masculino en Argentina lo avalan. Ya no hay factores externos que afecten a estos chicos ni que los detengan para lograr sus objetivos.
Los logros están al alcance de las manos, pero ellos parecieran esconderlas ante la posibilidad de alcanzarlos. No queda mucho por decir cuando son los mismos de siempre quienes no alcanzan los objetivos, más allá de quien este en el banco dando las indicaciones.
Esta generación llegará a su fin hacia 2012, si Argentina logra clasificar con Pablo Lombi a la próxima cita olímpica en Londres. Pero el primer escollo deberán superarlo rápidamente, si es que pretenden estar en el Mundial de India. Quedan poco más de 9 meses para afrontar el Premundial de 16 equipos que otorgará sólo tres pasajes.
El grupo es el mismo. Los objetivos, también: instalar de una vez por todas al hockey masculino en la elite mundial. Sin comparaciones, a su tiempo. Sin embargo, y a las pruebas me remito, parecería que este equipo, no tiene ALMA DE CAMPEÓN.
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