martes, junio 22, 2010

Sudáfrica 2010 vs. Grecia: OPTIMISTAS, TODOS

Otro capítulo más. Este, no fue uno más. Porque se dio en una Copa del Mundo. Es el sueño de todos es gritar un gol en la cita máxima. Pocos han tenido la fortuna. Y él, no podía estar fuera de esa lista de históricos. Como que no podía faltar, ¿no? Caratulado con tantos adjetivos por sus grandiosas hazañas, deberán buscar uno más. No se porque, viendo esa imagen, esa corrida, donde uno va por el otro para agradecerse mutuamente por el respaldo, recuerdo las palabras del Pato Fillol al expresarme esa foto que reprodujo El Gráfico post campeonato de Argentina en 1978. Ese abrazo entre Maradona y el actor sorprendente de esta película griega, también merece ser llamado el abrazo del alma.


Se hizo esperar el debút para Martín. Con el partido ya sentenciado, Mancuso y Enrique se le acercaron al técnico para aconsejarlo. “Diego, pongámoslo a Pipita por Diego (Milito)”. Maradona lo pensó uno, dos, sólo tres segundos. “No, llamalo a Martín…” Como en casi toda su carrera, a Diego le quisieron hacer el 2-1. No pudieron. Su decisión estaba tomada. Quería verlo al Nº 18 con la camiseta azul dentro del campo. Ya en la corrida inicial, su cara lo decía todo. Iba en búsqueda de otro record más. En este no tenía que vencer a Cherro o Varallo y sus más de 200 conquistas. Sólo tenía que superara uno, al arquero Tzorvas.

Les propongo un juego simple. Les va a llevar un par de segundos. Es una simple respuesta que (no vale decir que no), seguramente pensaron: ¿Hará un gol Palermo? Y sí. Con el historial de este tipo, que otra cosa podíamos pensar. Yo lo pensé. No se ustedes, aunque estimo que también. Sí provocó lluvia, porque no verlo con la boca llena de gol. Entró a falta de 10 minutos para el final. Tuvo su primera, a poco de haber ingreso. En un movimiento rápido, de media vuelta, le dio con su zurda desde la puerta del área. Se fue lejos. ¿Tendría otra? Palermo siempre tiene una más…

El juego se moría. Con la ventaja, Messi quería su primer gol en Sudáfrica. Competidor directo para MP, agarró la pelota, de derecha a izquierda, su marca registrada. Con el arco de frente, Lío le dio con su zurda mágica. El arquero de Grecia le ahogó la celebración al crack, pero no contó con que el rebote de sus manos, iría derecho a la pierna menos hábil de Palermo. Pasaron uno, dos, tres segundo como máximo, y esa imagen se vistió como en la de aquella noche de lluvia furiosa en el Monumental. Claro, era el optimista mirando al cielo y agradeciéndole al supremo. Una vez más.

Si a Carlitos Tevez se lo define como el jugador del pueblo, todo un país festejó el 2-0 de Palermo como propio. Tal vez, porque ven resumida la vida del goleador, como la de cualquier ser humano normal. Algo que es discutible cuando nos referimos al mayor anotador de Boca en toda su historia.


Optimistas, somos todos. Tres de tres en esta primera fase, que pasó rápida y feliz. Ahora, se viene lo bueno. Como lo dijo el mismo Diego. Ahora comienza el verdadero Mundial. Con este equipo, soy optimista. Y más si tenés en el banco al Nº 1 en esa materia.

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