Sudáfrica 2010 - El Equipo: GRINGAZO

La cara de los argentinos era elocuente. Después que el arbitró alemán Wolfgang Stark, pitará el final del debút ante Nigeria, se respiró. Si bien no fue un partido que el equipo de Diego Maradona padeció, lo sufrió. Lo sufrió porque tuve en sus manos, más de una decena de ocasiones netas de gol. Argentina pateó 24 veces al arco y acertó en 13 de esos disparos al objetivo amarrillo, que fue el enorme Enyeama. En los tiempos que corren y por lo que nos ha tocado ver hasta ahora en Sudáfrica 2010 (incluido el reciente 1-1 entre ingleses y americanos), esa cantidad de tiros y el porcentaje final, es sobresaliente. Lo que no lo fue, justamente, fueron chances desperdicias en un juego cerrado. Argentina mereció más, no lo tuvo y ganó. Esto, en un debút mundialista, tiene un gran significado.

Hubo puntos altos y otros no tanto, claro, si nos referimos al rendimiento del seleccionado. De atrás para adelante, Romero estuvo seguro. Las pocas veces que tuvo que intervenir, demostró solvencia y claridad para despejar a este Jabulani, tan criticado por todos. La parte defensa tuvo intermitencias: el costado izquierdo (Samuel y Heinze), pasó la prueba. Pero el derecho, sufrió los embates de Nigeria, que decidido a atacar a Jonas, provocó sus mejores opciones en ofensiva por ese sector. Se lo notó incómodo a Gutiérrez en la función de lateral-volante. Era claro que, cuando Argentina se iba al frente, el jugador del Newcastle inglés era un mediocampista más. Eso produjo que, en los contragolpes de las Súper Águilas, la zona defensiva se viera con huecos en el costado de Demichelis, que no completó un buen partido. Sus dudas en la salida, muchas veces llegando hasta el círculo central, y los pelotazos a la espalda, dieron de comer al tandem izquierdo de los africanos (Taiwo-Obasi)

El comienzo del juego mostró un circuito en el control de la pelota que puede darle dividendos al equipo argentino. Argentina salió con todo y a los 6m ya estaba en ventaja. Esa paloma de Heinze se clavó arriba. Una cortina basquetbolera de Samuel (merece el 50% de la conquista), permitió que el Gringo entrara sólo, con los ojos bien abiertos al gol.

A partir del estar arriba en el resultado, la selección mermó su rendimiento. Para lo que viene, si se profundiza la participación del trío Verón-Messi-Tevez, Maradona podrá estar tranquilo. Hoy, ese encuentro, fue esporádico. Otro apunte para el técnico será analizar si, con este sistema, Di Maria tiene el lugar que sus características pueden dar. Pegado a la raya, no tuvo el recorrido necesario para su juego. Pero si de los volantes hablamos, el que volvió al rendimiento que nos tiene acostumbrados con la celeste y blanca, fue Mascherano. El capitán, mejor relevista del mundo, según los especialistas de la táctica, tuvo eso y mucho más: quite, recuperación y ordenó al equipo en la 2º parte del segundo tiempo, cuando parecía que Nigeria iba en búsqueda del empate.

Messi fue el líder del ataque. Una ofensiva que vio a un incómodo Higuaín. No encontró la ubicación en todo el partido y, en sus dos chances de gol, el arquero le impidió el festejo. Tal vez, el ingreso de Milito a falta de 10m para terminar el encuentro, se tuvo que haber podrucido antes. Por último, Tevez tuvo lo que fue a buscar en este Mundial: ser titular. Lo consiguió y aportó la garra de siempre, pero sin el fútbol que puede dar. Él mismo se encargó de pronunciarse como un delantero total, que puede moverse por todo el frente de ataque. Eso le pidió el DT y eso hizo. En líneas general, Argentina pasó la prueba.

En esas cosas que tiene el destino, Maradona cerró su participación como futbolista de la selección en el ’94 contra Nigeria, y la abrió hoy como técnico ante el mismo rival. Diego, de traje y con la emoción de estar en un Mundial nuevamente, tendrá que trabajar. Se viene Corea, otro equipo. Firme en defensa y con un equipo compacto. Al menos, eso mostró contra la débil Grecia. El primer paso de los siete que busca él y su equipo, esta dado. Gracias al Gringazo…