Este monstruo (físicamente y del deporte argentino) pisó la Argentina. Y lo hizo con su sonrisa de siempre. Aunque los últimos meses en los Estados Unidos no hayan sido los más felices. Toda la última campaña del Chapu Nocioni en el NBA estuvo teñida por un dolor grande. Tanto físico como basquetbolístico. Porque esa lesión en su rodilla derecha (tendinitis crónica que convirtió al tendón en un hueso más) y el poco juego que tuvo en Chicago antes del traspaso a Sacramento, le impidieron dar todo lo que él da (siempre) sobre la duela.
Un breve paso por la Capital antes de volar a una vacaciones que servirán para tomar aire y muchísimas fuerzas para la nueva temporada en su nuevo equipo, permitió verle la cara a este hombre sin igual. Diferente, distinto, sin prejuicios para darle a la lengua sobre todos los temas del mundo del básquet. Porque ese es Nocioni. Al que no le importa nada por vestir la camiseta de la Selección. El que había que le quedan, porque no, unos 5 o 6 años con la celeste y blanca. ¿Qué es lo que quiere? Ver caras jóvenes, porque las de los Oberto, Scola, Ginóbili ya lo aburren…
En el Reproductor de Entrevistas, una charla con todas las letras. Mano a mano con el campeón del corazón. Andrés Nocioni en el Uno vs. Uno.
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