viernes, mayo 08, 2009

Nota de Foto: ABRAZO PATERNAL


Sentado en la mesa de mi casa. Enfrente, mate y facturas. La ocasión lo ameritaba, sin dudas. De la calle venía, rápido para poder ver completo el segundo tiempo de un partido clave. Esos que te tienen con los ojos fijos en la TV. Definitivo por lo que se jugaba, ni más ni menos que el pase a la final de la Champions. Con ganas de ver al equipo que, hoy por hoy, no se puede dejar de ver. Es un deleite futbolero. ¿El rival? Conocido en los últimos tiempos por grandes batallas. Conocido por haber estado a un penal de ser el campeón de la Orejona en el 2008. Barca vs. Chelsea era un momento único para vivir. Al menos para los que nos gusta el fútbol y ver estas situaciones límite. Donde la pantalla transmite casi la misma adrenalina que se vivió en Stamford Bridge.

Bueno, como un tigre abrí la puerta. Antes de ponerme cómodo, casé el control y prendí la tele. Publicidad de cerveza que va, publicidad de autos que vienen, la tensión por ver el resultado parcial, subía. ¡Ojos abiertos! ¿Qué pasó? La placa del resumen con los tiros al arco, posesión de balón, tarjetas y algo más graficaba lo casi impensado: al costado izquierdo de la palabra GOALS estaba el 1. ¿Qué significaba? El team de Pep Guardiola estaba abajo en el marcador. Lo mejor de la primera parte demostraba, contundente, varias cosas: Los españoles no habían pateado al arco, Messi no tuvo mucha participación y el zapatazo del Búfalo Essien podía quedar en la historia como una de las postales de la Copa de Campeones…

La tanda terminó y, por fin, a disfrutar de los segundos 45 minutos de juego. El mate, dulce para darle un rico sabor a la tarde, es el protagonista Nº 1. ¿Y Xavi? ¿Y todo Barcelona? Por ahora no aparece y la que desaparece son las chances de meterse en la final del 27 en Roma. Los minutos pasan y las galletitas ya no llegan la panza. El juego, menos. Tremendo bloque defensivo del equipo de Hiddink se instaló en mi estomago. ¿Mucha infusión verde? Segurísimo. ¿Qué le sucede al mejor equipo del mundo en la actualidad? No aparece. Complicada la noche inglesa para Eto´o y compañía. Y si no fuera por Valdés (si, no es un error tipográfico, el arquero de los catalanes salvó varias), Ferguson ya estaría pensando como entrarle a la defensa liderada por Terry, el gladiador de los Blues. Encima, Abidal vio la roja y el negro dijo adiós.

Tic tac, tic tac… ¿Se paró el reloj de casa? No. El tiempo en mi cabeza piensa… “ya está cocinado, tiempo cumplido y el Chelsea lo tiene controlado…” Pero una luz en el fondo del túnel, se notó en la cancha. ¿Algún cambio salvador del DT del Barca? Noooo. Si hasta tardó mucho en poner otro punta (Bojan por Bousquets) Entonces, ¿esa luz de donde salió? De la pelada del árbitro del match. Tom Henning Ovrebo, el noruego que pasó a ser más criticado que el orador Sabino, no pitó dos penales claritos para los locales.

“…Ya está. El partido terminó. El equipo que había conseguido más goles, al que menos le habían convertido, el que más llegadas a meta rival consiguió, el team con más asistencias y el que tenía al goleador de la competición, quedó afuera…” Eran las 17.41 en toda la República Argentina. Después de la pifiada de ¡Essien! la redonda cayó en los pies de Messi. Movió las patitas en su gesto clásico. ¿Tenía tiro al blanco? Todo cubierto. Hizo la pausa y cuando vio al de amarillo chillón (con cara pálida incluida) en la puerta del área, le dio el pase. En ese momento, los ojos se me abrieron más que nunca al ver el terrible gesto técnico de Iniesta para entrarle al balón y su posterior explosión en la red de Cech. ¡Golaaaaazooooo!

Justicia divina consumada. El equipo que había bastardeado al Madrid en el Bernabeu hacía unos días con una goleada histórica y un despliegue futbolero para el recuerdo (el mejor partido en años que se ha visto) llegaba a la final. ¿La final será en el Olímpico contra el campeón reinante Manchester? Que importa. Ese abrazo de padre a hijo, de técnico a su estrella, lo dice todo. Se sintieron campeones por un instante. Y ganar así, después de jugar el peor partido en toda la temporada, no tiene precio…

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