martes, octubre 21, 2008

Selecciones Juveniles: GRANDES...

La Selección Masculina Juvenil de Voley se adjudicó el Sudamericano de la categoría al derrotar, en la final, a Brasil por 3-1. Con este resultado histórico, y en tierras brasileñas, el equipo de Juan Manuel Cichello se clasificó al mundial de la categoría. Nicolás Uriarte y Facundo Conte, los mejores del torneo.


El Voley argentino vive un proceso de reestructuración muy amplio. Mucho va a cambiar de ahora en más. Pero hay un grupo que arrasa desde hace mucho tiempo. Un grupo que consiguió resultados extraordinarios y que tiene un futuro muy prometedor.

Esta selección que conduce Juan Manuel Cichello, derrotó a Ecuador, Paraguay, Venezuela y Chile. Todos los encuentros fueron 3-0, son sobresaltos. El lugar en la final ya le permitía estar en el mundial. Pero este equipo fue por más, algo a lo que está acostumbrado.

Enfrentaba a Brasil, el local, el imbatible. En el estadio de Pocos das Caldas, los argentinos dieron una nueva lección de buen Voley. Con parciales de 25-13, 14-25, 25-21 y 25-23, Argentina se llevó el partido y el título, que sólo se había conseguido en 1980 y 1982.

Si bien la historia favorece a Brasil, ambos grupos se habían enfrentado en varias oportunidades en Menores. En el mundial de esa categoría Argentina le había ganado a Brasil, aunque no lo había logrado en el Sudamericano de 2006, disputado en Rosario.

Además de haber obtenido la final y el pase al mundial, varios jugadores argentinos fueron seleccionados por los organizadores del torneo. El destacado fue Nicolás Uriarte, elegido como mejor armador, sacador y jugador; Pablo Crer se destacó por su eficacia en el bloqueo y Franco López fue el mejor líbero del torneo. Además, Facundo Conte se perfila para ser un anotador muy efectivo y ya lo demuestra.

El futuro está en este equipo, en estos jugadores que forman un grupo efectivo, que sabe lo que defiende y tiene los objetivos claros. La apuesta a futuro está en ellos. Sólo resta tener paciencia.


El Flash: Los pibes argentinos gozan... ¿Y los brasileños? Sólo basta mirar las caras.

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