martes, octubre 21, 2008

Memorias del TC: EL DESTINO EN UNA CURVA


Domingo 21 de octubre de 1973, antes de largar la última etapa del Gran Premio Reconstrucción Nacional La Rioja – Concepción (Tucumán), el líder del Campeonato Argentino de Turismo de Carretera habló por radio y saludó a todas las madres del país, por celebrarse su día. Después dijo “la vieja me estará esperando en Concepción mas contenta que nunca”, y se metió dentro del Falcon azul. Un año particular para todos los habitantes del pueblo argentino, ya que sólo cinco días antes, la formula Perón-Perón asumía en el gobierno, después de 20 años sin la presencia del referente político más recordado del siglo XX.

Para muchos, fue él piloto más completo que ha dado la historia del automovilismo nacional. Para otros, simplemente el mejor. Nasif Estefano se preparaba para llevarse la competencia, la número 85 en su historial del TC. Era la que le iba a dar el título tan preciado para el tucumano, en una época donde la categoría era dominada por los Ford del equipo oficial conducido por José Miguel Herceg. Junto con el cordobés Héctor Gradassi, Nasif ya había disputado el torneo del ´72 en un mano a mano terrible que quedó en la memoria porque Estefano levantó una racha de 11 podios en 12 carreras hasta que una bolsa de náilon lo privó del festejo máximo.

Pasadas las 9 de la mañana, el Turco salió en el primer puesto en búsqueda de su mamá. La última etapa de la carrera llevaba media hora cuando el Falcon Nº 1 se aproximó a la curva de ingreso a la localidad de Aimogasta (empalme de la ruta prov. Nº 9 y la nac. Nº 60) y no pudo detener su marcha. ¿Causas? La pedalera de freno se soltó y ante esto, Estefano debió realizar una brutal corrección del vehiculo para evitar atropellar al numeroso público que se encontraba presente en el empalme. El coche siguió casi derecho y comenzó a dar tumbos. La jaula de seguridad no resistió el embiste y así fue como el cuerpo de Nasif fue despedido. Y así también se despidió su vida. El “Califa Chico”, como era conocido por sus íntimos, veía su vida trunca en busca de su objetivo.

Luego de su muerte, como ocurrió con otros grandes de la historia de nuestro deporte motor, de este Turismo Carretera que sigue provocando la misma pasión que hace 50 años, se hablaron muchas cosas. Las críticas sobre la atención del auto, su relación con Gradassi y la lucha interna por ver quien era el mejor de aquellos tiempos, quedaron atrás.

El Jackie Stewart argentino, como lo denominó una revista por la década del 70 dado sus tremendos dotes como piloto de enorme fineza, no pudo con el destino. Pero si con su anhelo. El año 1973 lo declaró como el único campeón post mortem en los 71 años del TC. Su mamá, Doña Elía con sus 95 años, todavía lo espera para celebrar en su Concepción natal…


El Flash: La última foto de Estefano con vida, minutos antes de largar la etapa final.

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