miércoles, julio 09, 2008

LA BANDERA PARA EL MEJOR DE LA CLASE

Sus inicios en la primaria los hizo en Andino de La Rioja y, si bien nadie imaginaba que podía lograr todo lo que consiguió, ya demostraba excelentes cualidades. Más tarde partió al exterior para adquirir mayores conocimientos. Llegó el Kinder Bologna y su consagración en Italia con el título europeo le permitió terminar sus estudios básicos con altas calificaciones.

La necesidad de afrontar una secundaria complicada lo llevaron a desafiar a la mejor escuela del mundo. Primero el subcampeonato en Indianápolis, con primera derrota histórica del Dream Team incluida, y luego los títulos con San Antonio en la NBA mostrando una mejora año tras año. Fue enviado a rendir materias en Grecia y por sus resultados le entregaron una medalla dorada. Y, además, en Japón estuvo a sólo un punto de obtener la calificación más alta del último mundial. Lo que se dice todo un erudito.

Hoy Emanuel Ginóbili es pieza clave en San Antonio y emblema para todo el deporte argentino. La entrega de la bandera por parte de la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández, es un reconocimiento al deportista de mejor rendimiento y que mayores resultados tuvo.

Pero no es sólo eso lo que posibilita a Ginóbili a encabezar la delegación argentina en Beijing. Es símbolo de sacrificio, de mantenimiento del espíritu olímpico a pesar de pertenecer al mundo marketinero de la NBA. Demuestra astucia, perseverancia, humildad, solidaridad con sus compañeros. Muestra compromiso con la sociedad argentina a través de la fundación que dirige su esposa. Cada uno de estas características tienen tal llegada positiva en la idiosincrasia argentina que provocan una identificación fuerte hacia todo lo que genera Manu.

Las diferencias de Ginóbili con los abanderados anteriores fue el valor amateur que estos tuvieron. Carlos Espínola fue el último y, decididamente, Camau es un representante de las clásicas competencias de este tipo en la Argentina. Representante del sacrificio, del logro de resultados ante la fuerte adversidad que impone el entorno.

El bahiense no encarna esas características con su deporte pero, junto con su Generación Dorada, es el fiel ejemplo del deportista que puede mantener un espíritu de competencia sana con valores sostenidos por el olimpismo, y viniendo de un ambiente completamente comercial. No sólo es el mejor deportista de la actualidad y el mejor basquetbolista de la historia. Ya está sentado al lado de el Chueco, Diego, Vilas, Gaby, entre (no muchos) otros.


Más allá de que la designación sirvió para ejercer contrapresión a la presión impuesta por Gregg Popovich y compañía, es una decisión justa y acertada. Santiago Fernández llevará la bandera en la ceremonia de clausura y otros candidatos como Luciana Aymar, Juan Curuchet o el propio Camau hubiesen sido dignos también. Manu es símbolo de básquet argentino. El básquet argentino de Generación Dorada. La Generación Dorada de orgullo nacional. O sea, Manu es orgullo nacional. Pónganle el sombrero de graduado y entréguenle el diploma.

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