sábado, septiembre 05, 2009

Previa – Argentina vs. Brasil: RECUERDOS ITALIANOS…

Que recuerdos aquellos. Ese Mundial para la Argentina dejó tanto en lo emocional, en lo emotivo. Vivíamos en tiempos de paraíso menemista donde la democracia ya estaba disfrutando su renacimiento en el país después de siete años. Éramos campeones del mundo porque cuatro años antes, en 1986 vimos la mejor versión de un futbolista en una Copa del Mundo. Diego Maradona, hoy técnico de nuestra selección, brilló ante los flashes del planeta y levantó el trofeo Jules Rimet. Cuarto años después, llegaba Italia ´90. Un recuerdo italiano imborrable…

Todavía se me pone la piel de gallina y el estomago se retuerce cuando escucho a Gianna Nannini y Edoardo Bennato cantar “Un estate italiana”. Por dios, música para mis oídos. Y los tuyos también. Los primeros acordes de la guitarra eléctrica se convirtieron en historia viva y recodada de ese mundial para todos los argentinos, ilusionados con volver a verlo a Diego en el pedestal.

Tal vez, el partido contra Brasil en el olímpico de Turín es el clásico más recordado entre los amantes del fútbol. Hasta la abuela o la señora que estaba preparando la comida dejó lo que tenía que hacer para sentarse frente a la TV. En la previa, casi todo el mundo futbolero decía que como llegó la selección a ese juego, era muy difícil vencer a los brasileños. Es más, derrotar a los de amarillo había sido casi una misión imposible durante los mandatos de Menotti y Bilardo. Luego de empatar con Rumania en la primera ronda y de clasificar como uno de los mejores terceros, la llave de octavos nos encontró con el equipo carioca.

Ante semejante encuentro, el DT argentino estudió el problema de sus dirigidos y llegó a la conclusión que la bronca podía ser el factor principal de esa seguidilla negativa. A raíz de esa conclusión, decidió poner en práctica una táctica, antes y después de los entrenamientos. Mientras se cambiaban en los vestuarios, los futbolistas eran sometidos a una sesión de zamba carioca. Si, leen bien, la mejor música del Brasil para los muchachos. Incluso repartió entre sus dirigidos cassettes con dichas melodías. Entre esto y la visita a un casamiento italiano para saludar a la novia, que según para los grandes cabuleros de la redonda trae buena suerte, Argentina no podía perder…


Ese día, el equipo de Bilardo formó con Goycoechea; Simón, Monzón, Ruggeri; Bausaldo, Giusti, Troglio, Burruchaga, Olarticoechea; Maradona y Caniggia (en el ST entró Calderón). El hombre del 10 en la camiseta llegó destruido, con un dedo gordo de su pie derecho hecho pedazos y con el tobillo izquierdo lastimado. Pero el equipo aguantó de todo. ¡Clank! Palo derecho. ¡Pum! Palo izquierdo. ¡Uhhh! Suspiró Goyco varias veces al ver como el arco era casi parte de su cuerpo. Hasta que el instante llegó. La tierra, como en aquella corrida en el ´86, se detuvo. Una luz bajó desde el cielo y arrancó en la mitad de la cancha. Se escapó de las marcas de Alemao y de Dunga. Cuando le salieron Ricardo Rocha, Mauro Galvao y Branco, habilitó a Caniggia con el pie derecho. El Pájaro gambeteó a Taffarel y sentenció el certificado de defunción para los brasileños… Uno a cero. Dios había tocado su varita. Y Diego, otra vez había sido galardonado con ese premio.


Cuando faltan tres horas para que Oscar Ruiz de la orden y el juego en el Gigante de Arroyito comience, que mejor que cerrar los ojos y pensar en esa corrida de Claudio Paul y sonreír un instante. Ya habrá tiempo para ponernos nerviosos. Pero para entrar en clima, cantemos… “Notti magiche, inseguendo un goal, sotto il cielo, di un’estate italiana, e negli, occhi tuoivoglia di vincere, un’estate, un’avventura in più!, Un’avventura in più!, Un’avventura… gol!”...


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