El 8 de Junio de 2005 Argentina le ganaba a Brasil por 3 a 1 y conseguía la clasificación al Mundial de Alemania 2006. Cuatro años y un par de meses después, la situación es un bien diferente, pero con la misma sensación: ganar el clásico y conseguir el boleto a Sudáfrica 2010.
Esa noche, Argentina le propinó un baile pocas veces visto dentro de un campo de juego a una selección de Brasil. Fue un primer tiempo con un tres a cero tan superior como aplastante, donde el equipo que en ese momento comandaba José Pekerman hizo todo a la perfección para lograr semejante actuación.
A los tres minutos, Hernán Crespo ponía la primera diferencia y se auguraba una noche especial, de esas que son difíciles de olvidar. Un rato después, Juan Román Riquelme primero dibujó un taco en el aire para asistir a un compañero, recibir la devolución y sacudir de un zurdazo la red brasileña: dos a cero y era delirio en el Monumental... Pero faltaba otra perla para decorar la fiesta; salida rápida de un córner, centro de Saviola y palomita de Crespo para el tres a cero: BAILE. Esa es la mejor palabra para describir ese primer tiempo, algo sólo superado por la goleada a Serbia y Montenegro en Alemania 2006.
Se sabe que las comparaciones son odiosas, pero ese Argentina-Brasil de ese año es bien diferente al que se va a estar jugando dentro de un rato. Con aquel triunfo, la selección se aseguraba un lugar en el mundial del año siguiente, mientras que para el de hoy, el triunfo es vital para seguir en carrera, no perderle pisada a los de arriba y sacarle una ventaja considerable a los rivales que tiene debajo.
Y como el título lo expresa, ojalá que hoy se dé algo como ese 8 de Junio, que de los jugadores salga ese fuego sagrado que tienen para esos días especiales, y que la fiesta sea sólo argentina.
Esa noche, Argentina le propinó un baile pocas veces visto dentro de un campo de juego a una selección de Brasil. Fue un primer tiempo con un tres a cero tan superior como aplastante, donde el equipo que en ese momento comandaba José Pekerman hizo todo a la perfección para lograr semejante actuación.
A los tres minutos, Hernán Crespo ponía la primera diferencia y se auguraba una noche especial, de esas que son difíciles de olvidar. Un rato después, Juan Román Riquelme primero dibujó un taco en el aire para asistir a un compañero, recibir la devolución y sacudir de un zurdazo la red brasileña: dos a cero y era delirio en el Monumental... Pero faltaba otra perla para decorar la fiesta; salida rápida de un córner, centro de Saviola y palomita de Crespo para el tres a cero: BAILE. Esa es la mejor palabra para describir ese primer tiempo, algo sólo superado por la goleada a Serbia y Montenegro en Alemania 2006.
Se sabe que las comparaciones son odiosas, pero ese Argentina-Brasil de ese año es bien diferente al que se va a estar jugando dentro de un rato. Con aquel triunfo, la selección se aseguraba un lugar en el mundial del año siguiente, mientras que para el de hoy, el triunfo es vital para seguir en carrera, no perderle pisada a los de arriba y sacarle una ventaja considerable a los rivales que tiene debajo.
Y como el título lo expresa, ojalá que hoy se dé algo como ese 8 de Junio, que de los jugadores salga ese fuego sagrado que tienen para esos días especiales, y que la fiesta sea sólo argentina.
Miralo x Tv: ARGENTINA 3 VS. BRASIL 1
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