¿Qué más se puede decir sobre el partido con Ecuador? Que se jugó bien los primeros veinticinco minutos, que se tuvieron situaciones de gol inmejorables para establecer una diferencia que hubiera cambiado el partido, y otras cosas más. Pero siempre nos quedamos en eso, en el que hubiera sido y en el pero...
Es cierto que hubo un mejor plan para manejar los tiempos del partido, que no se planteó el famoso golpe por golpe como en La Paz frente a Bolivia que costó ese 6-1 histórico y que se trató de seguir una línea de juego durante el juego.
¿Qué faltó entonces? Varias cosas. Una de esas la concreción de alguna de las situaciones de gol que se generaron. Otra es el penal que Carlos Tévez no logró intercambiar por gol. Y otra muy importante que fueron los cambios.
Dió la sensación que fueron correctos pero tardíos, que Verón tendría que haber ingresado antes, que Rolfi Montenegro y Chaco Giménez tendrían que haber formado parte del banco de suplentes y no ser espectadores de lujo de la doble fecha. Pero...
¿Hay algo positivo después de la derrota? Sí. Que cuando la Selección se lo propone, puede manejar el ritmo del juego y ser protagonista, que el debut de Fernando Otamendi en defensa puede estar el complemento para Martín Demichelis en la zaga central y lo más importante, que aunque falten tres meses, la revancha que se viene es nada más y nada menos que Brasil, con todo lo que eso implica.
Lo que viene: En septiembre, ante Brasil en River y Paraguay en Asunción, la selección se juega los pasajes al mundial, está cuarto en la tabla y Ecuador lo sigue de cerca a tan sólo dos puntos, será fundamental conseguir los seis en juego, si se quiere clasificar sin "el culo en la mano" como dijo Tévez...
¿Qué pasará?... Lo sabremos en poco tiempo.
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