sábado, abril 25, 2009

Angel de Augusta: BRAZOS EN ALTO... SIEMPRE


Las victorias en el US Open 2007 y en Augusta 2009 fueron dos detonantes en la vida de Ángel Cabrera, pero lo cierto es que la historia del cordobés tiene mucho más que dos Seniors ganados y que se basan en el esfuerzo, la dedicación y de la búsqueda constante para ser el mejor.

Lejos de Villa Allende, más precisamente en el Augusta Nacional Club, Estados Unidos, Ángel Cabrera ratificaba estar entre los mejores del golf mundial. Cerca estaban sus amigos, que nunca dejaron de alentarlo, que se hicieron notar y que lo acompañaron desde sus inicios. El pedido estaba cumplido. El saco verde era del Pato, el mismo atuendo que Roberto De Vicenzo no pudo obtener en 1968.

Pero, más allá de este logro, Cabrera no comenzó su carrera en este torneo, o en 2007. Su vida personal y deportiva tuvo una base: el esfuerzo; el no dar nada por perdido, como la pelota que impacto en un árbol en zona de playoff en Augusta; y, sobre todo, la calma que aporta en sus juegos y en sus palabras.

El origen del cordobés en el golf fue con elementos similares a los que se utilizan: una rama y un corcho fueron los que reemplazaron los costosos elementos para desarrollar el deporte. Pero su primera llegada a un campo de golf, en este cado el Córdoba Golf Club, sucedió porque necesitaba alimentar a su familia y por eso comenzó como caddie a los 10 años. Sin poder continuar con el colegio, el Pato dio muestras de su habilidad para este deporte. Y poco a poco, la historia empezaría a cambiar.

Pocos argentinos han logrado triunfar en un deporte con un alto grado de elitismo. Cabrera no fue la excepción si se lo compara con otros deportistas con estudios universitarios y diversas profesiones. Pero el oriundo de Mendiolaza, situada a pocos kilómetros de Villa Allende, fisiológicamente muy distinto a la mayoría de sus rivales, nunca vio como impedimento estos factores y continuó con sus objetivos. Siempre hasta el último hoyo.

Ángel Cabrera, que con el título de 2007 ya estaba en la historia del golf argentino, con el torneo de Augusta consiguió ese tan merecido reconocimiento a nivel mundial y también en un país donde predomina el fútbol pero, a la vez, el golf está muy relegado más allá de pertenecer a otro estereotipo de participantes.


Además, Cabrera, como en toda su vida, fijó nuevas metas. Tres títulos de Seniors más, cinco en total. La paciencia lo representó siempre, ya sea a la hora de golpear una pelota, cuando debe responder absurdos o al enfrentar momentos muy duros con muy poca edad.

El reconocimiento será mucho, la búsqueda de más y mejores actuaciones también estarán presentes, pero la grandeza y el ejemplo de lucha de Cabrera jamás se perderán.

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