ATP Masters Londres: ES TERRENAL

Todavía siguen frescas las palabras de Juan Martín, en las que se ponía por debajo de los primeros cuatro grandes. Según la lectura del de Tandil, hasta hace poco tiempo Federer, Nadal, Djokovic y Murray estaban por sobre su condición de terrenal. Pero todo ha cambiado. Al menos para el argentino. Una temporada que ha marcado a Del Potro, y lo elevó dentro de este grupo selecto de los mejores del plantea tenis. Demostró porque es considerado como un posible futuro Nº 1 del mundo. Demostró que tiene con que llegar. Y también mantenerse.

Después que se comió la Gran Manzana y ganó su soñado Abierto de los Estados Unidos, el gen argentino analizó y puso en prueba lo que se venía para este chico. Tal vez comparable con la tremenda actuación que alcanzó la temporada pasada Lionel Messi, a ambos no se los considera como se debería en nuestro país. Imagínense si es así con ellos, con los que practican deportes amateurs y sólo salen en el noticiero cuando su conquista roza lo heroico. Es por eso que los comentarios luego de una nueva victoria contra el suizo, fueron despreciables. De la calidez posible de esperar en un mundo ambicioso y que sólo busca el exitismo deportivo, sea cual fuera el fin y sin pensar en los medios. Así se llegó a que el tercer set contra Roger fue arreglado por ambos. Con sólo mirarle la cara a Federer en la conferencia y analizar que el mismo que le había sacado el último título de Grand Slam lo había vuelto a vencer, fue suficiente.

El tour de JM por Londres fue el esperado. El esperado por el grupo que forman junto con Franco Davín y su preparador físico, Martiniano Orazi. Ambos, fueron, son y serán clave para el rendimiento que ha conseguido Del Potro. Y hablamos más allá del nivel tenístico y físico del argentino. En esta temporada (sobre todo en el cierre) ha quedado demostrado una tremenda personalidad ante la adversidad. No por nada se convirtió en el único tenista que ganó los 13 partidos que jugó después de caer en el 1º set. Otro dato agregado a esto, que marca su perfil como deportista, es que salió vencedor en todos los juegos que se definieron en tie break del parcial final. Así pudo vencer a Verdasco y Söderling en el Masters.

En la final contra Davydenko no pudo desplegar su mejor tenis. El que lo llevó a disputar el último partido oficial del año. Competitivo a la máxima expresión, su cara lo decía todo. Llegó cansado a la capital inglesa, previo descanso en Tandil y adaptación en Italia. Igual, no fue excusa. Quiso ganar en todo momento el torneo, hasta cuando tuvo que esperar casi media hora para que la ATP lo confirmó como uno de los semifinalistas. Él quería ganar porque su postura es la de un ganador. Por eso y con sólo 21 años, ya es una estrella de este deporte. Más famoso fuera que en la Argentina. Porque para eso, seguramente, deberá llevar al equipo a ganar la Davis en los próximos años.

Se cierra la puerta de una temporada inolvidable para la Torre de Tandil. De esos que el nunca pensó que iba a vivir, pero que si continúa por el mismo camino, disfrutará mejores. Esos que al principio parecían estar arriba de una nube para Del Potro, ahora son terrenales. El ayudo a bajarlos y a pensar en un 2010 extremadamente competitivo, tal vez más que este. Juan Martín es de carne y hueso, pero de una condición especial. Esas que en Argentina aparecen de vez en cuando, pero que todavía, al parecer, no podemos disfrutar.