miércoles, abril 02, 2008

EL PGA TAMPOCO FUE RIVAL


El Zurich Classic de Nueva Orleáns fue el séptimo certamen que Andrés Romero disputaba en el PGA Tour. El ascenso constante que tiene el tucumano ya no sorprende. En 2003, debutó en el Tour de las Américas con títulos en Panamá y Colombia. En 2005, hace lo mismo en el Challenge Tour con una conquista en Manchester. Al año siguiente, iniciándose en Europa, logra dos top ten consecutivos en el Abierto Británico y en el Abierto de Hamburgo; y en sendos torneos, en 2007, mejora su actuación a tal punto que casi gana el primero (finalizó tercero) y se consagró en el segundo.

Esta temporada, su primera regular en el PGA, ya logró su primera victoria también. Pero ya nada sorprende del Pigu aunque sea el circuito más importante del mundo del golf.

Y este título hizo recordar al US Open de Ángel Cabrera por ciertas similitudes. Porque fue en Estados Unidos, porque fue progresando con un mal inicio del torneo y porque el festejo se consiguió observando el desenlace en el televisor del Club House.

Luego de la jornada del sábado, que se suspendió por lluvia cuando Romero completaba el 16º hoyo y se ubicaba a un golpe de la punta, Pigu tiró al pasar: "Mañana (por el domingo) voy a tratar de terminar bien para poner un número en el tablero y que el resto juegue más condicionado". El comentario se convirtió en una verdad concreta ya que completó la tercera vuelta con dos birdies (65 golpes) y firmó una última tarjeta con 68, para sus 275 finales (-13).

A partir de esto, Romero quedaba puntero pero a la espera de lo que hicieran sus rivales. Y la presión se hizo sentir de a uno por vez. Woody Austin, Nicholas Thompson y Peter Lonard trataron de alcanzarlo pero cometieron errores que les salieron caros.

Al tucumano sólo le quedó esperar que la victoria lo alcanzara. De esta manera se transformó en el cuarto argentino que gana en tierras norteamericanas junto a Roberto De Vicenzo, José Coceres y Ángel Cabrera.

Su desarrollo no sólo que no sorprende sino que se espera un progreso mayor. La agresividad que demuestra en los últimos putts de cada hoyo y la precisión que logra en días inspirados lo vuelven un competidor temible y temido. Por esto y porque no tiembla en ningún campo ni ante ningún rival, porque tiene una corta edad y un futuro enorme, y porque parecen sobrarle las ambiciones; Andrés Romero se viste de golfista de primera categoría. Como De Vicenzo, Como Cabrera... ¿Más no?


DATO: Romero saltó del 40º al 21º lugar del Ránking con 3,29 puntos. Cabrera se mantiene 17º con 3,99; ambos muy lejos del estadounidense Tiger Woods al tope con 21,53.

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