jueves, noviembre 11, 2010

TC en Olavarría y Paraná – Recta final: UN SILENCIOSO RELOJERO…

Dentro de 17 días, a esta hora, habrá un nuevo campeón del Turismo Carretera. La versión 2010 del ganador de la máxima, todavía, es una incógnita. Porque los participantes de esta Copa de Oro, la tercera edición desde aquella polémica aparición, cuando ya Silva se frotaba las manos al volante de su Ford y la dirigencia creó esta nueva definición donde Ortelli prevaleció, saben que las horas sobre la pista son contadas.

No habrá más viajes al interior de la Argentina. Esas visitas masivas del público de diferente parte del país, se verán concentradas en Buenos Aires. Ya mañana, el ruido comenzará a sonar fuerte en el Roberto Mouras de La Plata. Una fecha clave, claro. Aunque parezca obvio mencionarlo, la situación de los pilotos es extrema. Salvo dos corredores (Angelini y De Benedictis), los demás tiene chances matemáticas de campeonar. Algunos con más, otros menos, pero están con vida deportiva en la búsqueda del título del TC. Desde el líder del Playoff al 10º, la brecha es de 34 puntos, o sea, poco más de una carrera. Los números, lo definen: todo puede pasar en una categoría que renace en cada jornada. Y la mejor imagen que demuestra la actualidad es que, si el mini torneo de cinco fechas terminase hoy, el puntero no se quedaría con el 1 para el año próximo. Pero antes de analizar lo que se viene, hay que recordar el pasado cercano…


El silencioso Ugalde. En Olavarría, se acentúo el vaivén en la definición del campeonato. Mientras Ponce de León llegaba como el candidato de todos, sus ilusiones se sepultaron, o casi, con la performance del auto en 9 de Julio y Trelew. Justamente en del Sur llegaba Aventín como vencedor (¿sorpresivo?) y nuevo líder entre los 12. Sorpresas y más sorpresas, como lo que ocurrió con el aspirante de todos en el circuito de los hermanos Emiliozzi: de poleman con récord de vuelta incluido el sábado, a sólo un 5º puesto en la final. ¿Poco para el de Del Viso? Poco para lo que había ido a buscar… Cayadito, sin levantar polvareda y con un motor que rajó los vientos del domingo, Lionel Ugalde fue el culpable de la final más aburrida del año. Después de ganar la serie más rápida, se escapó en la punta y le sacó, como ejemplo, casi ¡15 segundos! Al Nº 1 de la clasificación. Detrás de él, Werner y Castellano completaron el podio. El de Paraná, repitió 2º lugar, y al de Lobería, le volvió el alma al cuerpo, después de no completar un buen trabajo en las anteriores fechas del Playoff. Bien cerquita de casa, Ugalde se fue a Mar del Plata, con la idea que ser campeón, es posible.


El Mono relojero. Aunque parezca mentira, entre Olavarría y Paraná, hubo algo parecido. La maldición del que se queda con el mejor tiempo del sábado, apareció de nuevo. En la capital entrerriana, una noticia sucumbió a todos los amantes del automovilismo. Tanto esperar para verlo al héroe local, y al final, no pudieron. Es que el Gurí Martínez, tal vez junto a Guillermo Ortelli, los máximos ídolos del público actual del TC, no pudo subirse al Falcon amarillo para deleitar a los hinchas de su provincia. Una conmoción cerebral sufrida días antes en un partido amistoso de fútbol en el colegio de sus hijos, lo bajó. Sin uno, el otro iba a estar en el centro de la atención. Para los analistas del mundo motor, era el finde W. En el patio de casa, a sólo unas cuadras del lugar donde vive, Mariano Werner sabía que esta carrera debía ser suya. Líder de la Copa de Oro y con la cláusula de tener que ganar para validar esa suma, que mejor que el autódromo de Paraná para conseguirlo. En una carrera teñida de luto por la muerte del ex Presidente Néstor Kirchner, el duelo entre los Marianos, fue para el menos pensado. ¿Habrá sido decisiva esa diferencia de tres centésimas entre las baterías que gano uno y el otro? En una final que fue de las más vistosas de toda la temporada, Al Monito Altuna supo resistir los embates de Werner para cumplir la ley necesaria: ganar. Lo que no pudo hacer uno, lo consiguió el otro. Arribó ¡una décima! delante del piloto local, que a pesar de saber que se le escapó una chance inmejorable, amplió la brecha en la cima de la Copa de Oro (le sacó 14,5 pts a Ugalde, que llegó quinto) Rossi, que confirmó la levanta, se subió al tercer puesto, y Canapino, otro que todavía no ganó, sigue como la amenaza principal del trío puntero (acumula 46.50, a 18 de la punta) Altuna, mejor imposible. En tiempo y forma, le llegó su hora.


Así está la categoría que llena los autódromos de todo el país. Con una definición abierta, los experimentados aconsejan no perder de vista a un histórico Ledesma (cumplirá 200 carreras en La Plata), o al campeón reinante, Moriatis, que sabe como sobresalir en el momento indicado. Para los demás, la situación es complicada. Aunque por lo visto en las últimas dos, todo es posible. Total, silbando bajo y con un buen tiempo a mano, quien te dice…

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