Depende del lado que uno lo analice. Argentina tenía la oportunidad de jugar contra, sin dudas, la mejor selección de fútbol del momento. Tal vez, con Brasil muy cerca en los resultados, pero lejos en el concepto futbolístico a la hora de ver sus partidos. A poco más de siete meses del mundial en Sudáfrica, el sábado se vieron dos caras distintas. En Madrid, la mirada general del fútbol puso sus ojos para ver a Messi vs. La selección imbatible. Argentina contra España. En tiempos distintos…
Un equipo que sabe lo que tiene que hacer en el campo contra su rival, falto de ideas que permitan potenciar el valor que tienen sus individualidades. Una presentación de lo que arrojó el resultado final. Ese 2-1, con la conquista de penal de Xabi Alonso a falta de cinco minutos, fue menos doloroso que la realidad misma. Una verdad que el análisis del juego mostró, crudamente. Esquemas similares pero que son el fiel reflejo del espíritu que muestran ambos equipos.
La España de Del Bosque. Sin su delantero centro (Niño Torres se ausentó por lesión), el conjunto vestido de rojo se basó, como durante el proceso que comenzó Aragonés, en el toque corto y asociado. Movilidad, dinámica y concentración fue lo que le permitió a la selección campeona de Europa, prevalecer en el dominio de la pelota. Con Villa como punta, el 7 del Valencia se apoyó en Xavi, el zurdo Silva e Iniesta, más el aporte del volante del Real Madrid (goleador del match) y la conquista de la banca izquierda del submarino Capdevilla, el equipo del bigotón vapuleó en lo conceptual a los de celeste y blanco. Para los que piensan que el toque en la mitad del campo de España fue intrascendente, sólo pensemos en poder tener esa posibilidad, al menos, cuando el DT argentino pueda llevar a cabo su plan futbolero.
La Argentina de Maradona. En estos momentos, donde los aires triunfadores de México 86 parecen tapar la oscura realidad del equipo, nuestro seleccionado mostró que no tiene un rumbo. Y no hablamos de los encontronazos fuera del césped. La conducción, algo que está acéfalo dentro del terreno de juego, tampoco se ve fuera. Y hablamos de la elección de un estilo. Algo que identifique a este equipo. Una formación casi tibia, con un solo delantero fijo como Higuaín, se perdió entre los centrales rivales, Puyol y Piqué. Messi, quien en la cancha del Atlético Madrid supo martillar las redes en varias goleadas de su Barcelona, no estuvo ni cerca. Si de una planificación con tres atacantes más otros dos volantes que suman a la creación del juego, pasa a integrar un equipo que no lo respalda, tiene un solo punto fijo delante de sus narices y no cuenta con la ayuda de los medios, Leo no funciona. Y sino funciona Messi, la selección nacional podrá empezar a olvidarse de ganar la Copa del Mundo. Esto es ley primera.
Diego sufrió como su equipo lo hizo en casi todo el partido. La diferencia, incontrastable, se vio en el doble cinco de uno y otro equipo. Alonso-Busquets, mediocampistas españoles dividen funciones: Uno crea, el otro quita y distribuye. Mascherano-Gago, duplican su fútbol. Si Verón por obvias razones no pudo ser parte de este amistoso, ¿por qué no buscar otra alternativa en el 11 inicial para apoyar a quien el líder de este grupo quiere que sea su líder en la cancha? Algo no esta claro. Y eso se ve.
Victoria o derrota conceptual, según donde lo mires. ¿Y ahora? A esperar y seguir planificando. El trabajo de campo, llegará cuando el tiempo lo permita. En Marzo contra Alemania en Berlín, será la próxima imagen que de esta selección. Ojalá, más allá del resultado que ahora es anecdótico, se vea otra cara.
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