Luego del tercer puesto obtenido en el mundial de Francia 2007, del cambio de dirección en la UAR y del constante pedido de apoyo de Los Pumas, la IRB decidió otorgarle un soporte económico y deportivo a la máxima institución del rugby argentino. De esta manera, se prevé un futuro brillante para este deporte, aunque si entre uniones del mismo país disputan el poder, todo esto podría quedar en la nada.
La noticia sorprendió a muchos, sobre todo por la disputa entre la URBA (Unión de Rugby de Buenos Aires) y el interior por la reforma del estatuto. La IRB (Internacional Rugby Board) le asignó a la UAR (Unión Argentina de Rugby), desde el 2009 hasta el 2011, tres millones de libras esterlinas (casi seis millones de dólares), para la creación de centros de alto rendimiento en Buenos Aires y en el interior para la preparación de los argentinos previa al Mundial de Nueva Zelanda.
Aunque recién en el año 2010 se podría incluir a la Argentina en el Tres Naciones (previa renegociación de contratos con la televisión), la decisión fue fundamental para continuar con el desarrollo del deporte y de su difusión por todo el país.
A pesar de este avance, en donde contribuyó en las negociaciones la presencia del ex capitán Puma Hugo Porta, los problemas internos continúan y aún no presentan ningún tipo de solución. Este conflicto, entre la URBA y las provincias, tiene un pasado extenso, con muchas disputas por el poder y con el dominio de la entidad que nuclea a los clubes de Capital y Gran Buenos Aires.
Lo cierto es que para que el rugby continúe su crecimiento, la Unión de Buenos Aires, que posee el 47% de los votos y que tiene el poder de veto, y las provincias deberán llegar a un acuerdo, al igual que lo hicieron al aceptar que habrá un plantel estable de profesionales con un gerente rentado y no alterar al amateurismo del resto de los torneos dentro de nuestro país.
La noticia sorprendió a muchos, sobre todo por la disputa entre la URBA (Unión de Rugby de Buenos Aires) y el interior por la reforma del estatuto. La IRB (Internacional Rugby Board) le asignó a la UAR (Unión Argentina de Rugby), desde el 2009 hasta el 2011, tres millones de libras esterlinas (casi seis millones de dólares), para la creación de centros de alto rendimiento en Buenos Aires y en el interior para la preparación de los argentinos previa al Mundial de Nueva Zelanda.
Aunque recién en el año 2010 se podría incluir a la Argentina en el Tres Naciones (previa renegociación de contratos con la televisión), la decisión fue fundamental para continuar con el desarrollo del deporte y de su difusión por todo el país.
A pesar de este avance, en donde contribuyó en las negociaciones la presencia del ex capitán Puma Hugo Porta, los problemas internos continúan y aún no presentan ningún tipo de solución. Este conflicto, entre la URBA y las provincias, tiene un pasado extenso, con muchas disputas por el poder y con el dominio de la entidad que nuclea a los clubes de Capital y Gran Buenos Aires.
Lo cierto es que para que el rugby continúe su crecimiento, la Unión de Buenos Aires, que posee el 47% de los votos y que tiene el poder de veto, y las provincias deberán llegar a un acuerdo, al igual que lo hicieron al aceptar que habrá un plantel estable de profesionales con un gerente rentado y no alterar al amateurismo del resto de los torneos dentro de nuestro país.Todo está en juego, la ovalada gira entre dirigentes, jugadores e instituciones. El acuerdo en el país será excelente ante el plano internacional. De ellos depende el acuerdo para llegar al objetivo final: Los Pumas y lo merecido: la elite mundial.
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