miércoles, mayo 21, 2008

EL INTER DE MILAN A PURO GRITO ARGENTINO


No quedarán más dudas de que el Internazionale de Milán tiene sello nacional. Prácticamente los siete argentinos que forman parte del plantel cumplieron roles fundamentales para lograr el Scudetto. En definitiva, con acento argentino el conjunto italiano logró el tricampeonato.

El conjunto italiano se consagró tricampeón de la Serie tras vencer como visitante al Parma por 2-0 (el sueco Zlatan Ibrahimovic hizo los dos goles). Julio Cruz y Javier Zanetti fueron titulares mientras que Nicolás Burdisso y Hernán Crespo estuvieron en el banco.

Los dos Scudettos anteriores habían sido cuestionados ya que el primero fue producto de la sanción por la compra de partidos que se le imputó a la Juventus -le valió el descenso- y el segundo por la importante quita de puntos que sufrió su clásico rival, el Milán, y que rápidamente lo dejaron fuera de la pelea por el título.

Si bien se vio obligado a ganar en la última jornada - para no depender del resultado de la Roma que apenas empató con Catania-, en la fecha 23 aventajaba al conjunto romano por 11 puntos. La eliminación en los octavos de final de las Champions League le pegó fuerte al equipo dirigido por Roberto Mancini y desde ahí comenzó su paso irregular, pero que terminó como lo merecía. El aporte de los argentinos, una vez más, fue clave para que los neroazzurros se quedasen con su decimosexto Scudetto, y justo en el año del centenario.
El máximo referente y capitán del equipo desde hace varias temporadas, Javier Zanetti, jugó los 38 partidos del certamen y convirtió el gol del empate contra la Roma en el Giuseppe Meazza. A los 34 años el ex Banfield mantiene dos años más de contrato para disfrutar haber sido elegido uno de los mejores futbolistas de la historia del club y ser el extranjero que más veces vistió la camiseta: llegó en 1995. Como si esto fuera poco, el “Pupi” es el segundo argentino con más títulos internacionales en el viejo continente, detrás de Santiago Solari, también parte del conjunto italiano pero con menos minutos de juego.

Los dos delanteros que pasaron por River, Julio Cruz y Hernán Crespo, tuvieron una temporada adversa el uno con el otro. Mientras que “Valdanito” sufrió varias lesiones que lo marginaron a comienzo de temporada (marcó 4 goles), el “Jardinero” fue el segundo goleador del equipo con 13 tantos y terminó formando la dupla de ataque con el sueco Ibrahimovic.

Walter Samuel tuve su mejor año desde que llegó al club, hasta su lesión. A fines de diciembre el zaguero zurdo se rompió los ligamentos luego de una gambeta de Kaká y aún no pudo volver a jugar. Su nivel lo suplió Nicolás Burdisso. Jugando por las dos bandas, de central, de último hombre y hasta de cinco, se convirtió en uno de los puntos más altos del equipo y casi en una fija del once inicial.

En tanto Esteban Cambiasso terminó de ganarse al público milanés. Sus 8 goles a lo largo de toda la temporada (seis en la liga y dos en la copa europea) y la garra desplegada en el mediocampo lo ubican como un nuevo símbolo del club y hasta el actual capitán argentino declaró que “sin dudas va a ser capitán del equipo”.

El Inter es un ejemplo magnificado de la importancia de los futbolistas argentinos entre los campeones europeos. El Porto de Licha y Lucho, el Real de Higuaín y Gago, el Bayern de Demichelis, el Manchester de Carlitos o hasta el Zenit ruso del Chori Domínguez, campeón de la Copa UEFA. Allí donde hay un título, hay un argentino dando vueltas. No serán los mejores individualmente pero su aporte se convierte en una gran ayuda hasta en los equipos más importantes del mundo.

SANTIAGO GABARI

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