miércoles, junio 04, 2008

LaLoCURA CONTINÚA...




La vida tiene ciertas leyes que no están escritas pero que todo el mundo conoce. Es sabido que lo que a unos les cuesta mucho conseguir a otros les cae del cielo. Pero son cuestiones clásicas. Normales y de todos los días. El lunes 3 de Mayo de 1999, lo diarios en su faceta deportiva, le contaban a la gente la gigantesca goleada de River al Lobo jujeño (8 a 0) y Boca despachaba en el Amalfitani a los juveniles de la V del Fortín, 0-3. Todo esto enmarcado en la previa del superclásico que se venía en la Bombonera y que, al final, con una media vuelta de zurda de Palermo, el equipo de Bianchi se encaminaba al Bicampeonato. ¿Pero que tiene que ver esto con lo que dejó la séptima fecha del año del Turismo Carretera en Paraná? ¿Hay que escribir una nota de color porque el problema del campo argentino hizo suspender la prueba? Nada de eso. Después de tanto tiempo, ocho años para ser exactos, Ramos volvió a sentir el gustito bien dulce del Champagne…

Volvamos a lo que acontecía en el tiempo en el tercer día del quinto mes del ´99. La nota explicaba: “La sexta fecha del TC, realizada ayer (por el domingo 2) en Buenos Aires, fue una clase práctica de la materia. El presente de Eduardo Ramos y Juan María Traverso, dos de los cuatro pilotos que más carreras ganaron entre quienes compiten actualmente, se vio reflejado en la pista del Gálvez. También fuera de ella. Mientras uno bailaba de felicidad en el podio, el otro le decía a su equipo que no había querido ganar. Mientras que para Lalo la victoria era un volver a vivir, para el Flaco el triunfo se asemejaba a un castigo”. ¿En que termino ocurrió esta victoria de Eduardo Ramos? Lalo había vencido por última vez el 12 de octubre de 1997, justamente en el Gálvez. El campeón 94 entró luego en una racha negativa que incluyó choques, suspensiones y hasta peleas con su equipo. En un campeonato que Traverso ganó con el Falcon, su táctica de bajarse del podio para no sumarle kilos al auto, exquisita para algunos y criticada por la mayoría, fue protagonista en esa carrera recordada por el regreso a la victoria del de Mechongué y por el frío de la mañana.

Cualquier semejanza con la realidad del fin de semana en Entre Ríos, es pura coincidencia. Si bien no se dio por una “ayudita” en pista como la del Flaco, la anomalía encontrada en el motor del auto del Gurí Martínez (uno de los seis cilindros del Ford amarillo estaba excedido en la compresión mínima) le provocó al campeón de 1994, quedarse con un triunfo festejado sobre la ruta. Cuando volvía para Mar del Plata, su celular sonó y le avisaron que había cambiado la clasificación final y esa espera, casi eterna para quien ya se encargó de decir que esta es su última campaña en la categoría más añeja del automovilismo mundial, había finalizado. La imagen en el podio de Silva (tercero en un principio y segundo al fina), bañando en champagne a Martínez quedará para el recuerdo. Internamente, Lalo vio pasar estos últimos ocho años en un segundo. En la frenada de su coche y en el abrazo con Hugo Cuervo, el líder del LSG, que venía atrás del ganador en la ruta. Una locura…

El histórico Ramos, un especialista rutero que se acomodó a los tiempos modernos del Turismo Carretera, debutó hace 21 años con una Dodge naranja preparada por Pincho Castellano, fue campeón hace 14 una mañana de domingo lluviosa, pegándose contra las gomas y con la bandera a cuadros casi incrustada en el parabrisas. Luego del punto más alto en su carrera deportiva, disfrutó el nacimiento de sus hijos y la muerte del pilar de su vida, su viejo. Fanático hincha de River, tomó el segundo puesto antes de la 10 vuelta y lo obligó a defenderse del malón que se venia detrás. Mientras, el astuto Gurí enhebró vueltas rápidas y se escapó. Ramos, el pasivo Silva y el consistente Jonatan Castellano, completaban un trío que cada uno quería lograr lo suyo. Y con la exclusión del ganador en pista, los posicionó en el podio de Paraná.

Cuando comenzó la actividad del TC el viernes pasado, el campeón Ledesma parecía que se iba a llevar todo: el nuevo récord del circuito, la serie y la gran final. Pero se encontró con el “Fantasma Rossi”, que lo hizo titubear y se fue afuera en la segunda curva de la primera batería y chau domingo. Algo parecido le sucedió a todo Chevrolet. Negocio para el Pato, que acomodó más la cola en su refugiado primer puesto del campeonato, el cual ya lo tiene a Ramos como el nuevo quinto. Justamente, uno de sus dos objetivos para la temporada del adiós: ganar y quedar entre el top 5.

Ha sido y es una locura la vida de Lalo. Pero una locura linda, obvio. Viejo zorro, piloto de la vieja época de la categoría que hacia un culto del manejo sobre las rutas del país, tuvo su “regalito” en Entre Ríos. Lo había tenido hace 9 años de la mano de su amigo Traverso. La tuvo desde el cielo (y el motor…) de Martínez hace unos días. Como rezaba la leyenda de una bandera gigante colgada en el alambrado de la recta principal del autódromo, “LaLocura continúa”…


El Campeonato: Que ventaja sacó el Pato. Después de la exclusión de Martínez, Silva esta arriba con 134 puntos, seguido de un trabajador en esta temporada: Ponce de León calladito sigue en la pelea del campeonato (y recuerden que ya ganó en Balcarce) y está segundo con 98 unidades. Los que vienen de atrás: Ramos con 96,5; Ledesma 93,5 y Moriatis suma 88.

La Próxima: La próxima fecha será entre el 20 y el 22 de junio en el Autódromo Rosamonte de Posadas. A tomarse un buen mate... y porque nó, con un sanguche de vacío. ¡Viva el TC!

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