martes, junio 24, 2008

LA PUERTA CERRADA

Hace 40 años y un solo día, el fútbol argentino vivía una de sus tragedias más recordadas. No fue una derrota histórica de nuestra selección. Tampoco tuvo nada que ver con alguna acción el juego que afectó a futbolistas. Nada táctico. El 23 de Junio de 1968, 71 hinchas de Boca, del fútbol, encontraron la muerte en una situación absurda. Bah, si nos ponemos a recordar la historia rica y pobre de nuestro fútbol, en Argentina todo fue, es y será posible. Y por esto nadie se debe enrojecer. Al fin, la verdad no ofende. En una versión añeja del superclásico River-Boca, la puerta se cerró y así, la vida de muchos fanáticos que no pensaban que no iban a volver a casa.

Los hinchas Xeneizes, visitantes en aquella oportunidad, ocuparon la tribuna que da a Figueroa Alcorta. Estaba abarrotada, como todo el Monumental esa tarde. Para ponernos en época, la popular valía 300 pesos moneda nacional (1 dólar se cotizaba a 350), el frío (la temperatura máxima fue de 12º grados) y por el aburrimiento, las 90.000 personas que habían visto el partido querían irse lo antes posible. ¿Por qué? Un rato antes de las tres menos cuarto de la tarde se supo cuál era la travesura que había preparado Angel Clemente Rojas, para muchos, uno de los jugadores más sobresalientes que tuvo el mundo Boca: quitarle la gorra al ya legendario Amadeo Carrizo. Pero el arquero se negó a comenzar el partido hasta que le devolvieron la cábala, y más tarde se vengó del delantero. Cuando faltaban diez minutos para el final del partido, Carrizo se sentó en el césped para burlarse de la escasez ofensiva de Boca. Amadeo y Rojitas, que le pusieron unos gramos de alegría a un encuentro empatado 0 a 0 y sin atractivos, jamás imaginaron mientras caminaban hacia el vestuario que aquel clásico iba a quedar en el recuerdo por una mancha.

La salida se agilizó. Los pasos de los hombres y mujeres se sentían cada vez con más fuerza. Hay un dicho que dice que el silencio vale más que mil palabras, pero lo que van a leer a continuación, sin dudas, los va a dejar sin aliento: “En un principio era una avalancha normal, pero después se acrecentó. Iba por el aire, sin tocar el piso. Algo empezó a salir mal. La avalancha se detuvo. Cada vez estaba más apretado. Había gritos de pánico, de mucho miedo. La gente que estaba abajo quería subir. Estábamos uno arriba de otro bajo una terrible presión que no dejaba respirar. Me caí y después me desmayé. ¿Cuál fue el motivo de la tragedia? Nunca lo conocí. Yo me salvé de milagro. Quizá gracias a la gente que me ayudó porque era el más joven de todos y porque la avalancha se detuvo cuando yo estaba en un recodo de la escalera. Apenas tenía 14 años. Nunca más fui a ver a Boca…" Temible el relato de Miguel Durrieu, uno de los sobrevivientes de la tragedia más relevante en la historia del fútbol argentino. ¿Qué pasó? Muchas versiones y nada esclarecido a lo largo de las ya, cuatro décadas.

Sesenta heridos tuvieron la suerte, si la podemos llamar de esa forma, de no perder la vida asfixiados o por golpes varios. Los que atravesaron el último tramo de las escaleras que bajan a la Puerta 12 (actual sector L de la tribuna alta Centenario) tiene 80 escalones entre el descanso al aire libre del primer piso y la calle. En cada uno caben 15 personas como máximo. Un túnel oscuro y peligroso. Una trampa terrible si los simpatizantes que están abajo no pueden salir y los que están arriba empujan y empujan sin saber qué sucede. En sencillas palabras, una trampa mortal si las rejas estaban cerradas y los molinetes nunca se sacaron del lugar que entorpecería la salida de los hinchas de Boca cuando el partido finalizara.

Hasta acá, todos signos que no han cambiado: avalanchas, personas estrujadas por tener un lugar y salir más rápido después de un juego. ¿Y la seguridad? Como ahora… Según testigos, la Policía Federal, una de las más crudas y recordadas por su continuo hostigamiento en las calles, canchas y universidades, era manejada por la dictadura militar que encabezaba Juan Carlos Onganía. El presidente, visitó el lugar del hecho sólo para poner en evidencia que todo estaba controlado. Claro, mucho más no había por hacer. Luego, llegó la hora de actuar para los médicos y socorristas. Los cuerpos yacían en el suelo y los centenares de zapatos fueron una imagen que sirvió para grabar el recuerdo. La locura popular había invadido la sangre de los presentes que le tiraban de todo a los uniformados. Una impotencia de familiares y amigos que veían que tantas muertes se pudieron haber evitado.

El tiempo pasó y los posibles culpables nunca vieron su cara entre rejas. Algo que tampoco se mejoró en los tiempos que corren. Poco dinero se juntó para los familiares de los fallecidos. Otra vez, el gobierno y la Asociación del Fútbol Argentino no hicieron nada. Hasta obligaron a los damnificados a recibir ese dinero a cambio de no realizar acción judicial alguna, y cualquier reclamo quedó archivado y duerme sobre centímetros de polvo. Vergüenza nacional.

“…Pensaban que yo había muerto y me escribieron el número 19 en mi pecho, como si ya fuera finado. Recién en el hospital Pirovano se dieron cuenta de que todavía respiraba. Tenía los ojos color morcilla y la piel color carbón. Me estalló un oído y casi pierdo la vista. Me habían dado por muerto. Sólo recuerdo hasta que terminó el partido y me metí en la escalera de la Puerta 12. Después no me acuerdo de nada más, pero mi esposa vio en un video que los molinetes estaban puestos y que la Policía pegaba. Me salvé porque tengo una caja torácica grande" Suerte o verdad. Vida o muerte determinadas por segundos, por un golpe. Juan Carlos Alomo hizo de su expresión un culto a lo que ocurrió hace ya 40 años y un solo día.

La muerte estuvo presente en esa puerta, justamente del mismo número que como se conoce en el mundo a la hincha de Boca. La puerta estuvo y está cerrada. Los corazones de los que estuvieron ahí, todavía con vida, saben que ese no era su tiempo…


El documental, listo: El documental "Puerta 12", del realizador Pablo Tesoriere, se estrenará comercialmente el jueves 26 en los cines Cosmos y 25 de Mayo de Capital, y otras salas del país. No se puede dejar de ver la página del documental (http://www.puerta12.com/). Allí, podes ver estas fotos y más información sobre la tragedia del fútbol nacional.

No hay comentarios.: