BOCA no LIGA...

El conjunto argentino más exitoso de los últimos diez años, no sólo a nivel local sino también a nivel internacional (6 torneos locales, 4 Libertadores, 2 Intercontinentales, 2 Sudamericanas y 2 Recopas), cayó en las semifinales de la Copa Libertadores luego de caer 3-1 con Fluminense en el Maracaná.

El empate 2-2 del partido de ida que se jugó en la cancha de Racing, obligaba a Boca a ganar o empatar por más de tres goles. Sin embargo, y pese a que Martín Palermo abrió el marcador con un gol de cabeza en el segundo tiempo tras centro de Jesús Dátolo, no pudo aguantar el resultado.

Tres minutos después de la apertura del marcador, el Flu empató de tiro libre a través de Washington y a los pocos minutos un disparo del ex River Darío Conca se desvió en Hugo Ibarra y terminó en el fondo de la red. Ya sobre el final, Rodrigo Palacio se la dejó en el pie a DoDó en la puerta del área grande y éste selló el pase a la final.

El planteo de Boca fue igual o más ofensivo que las veces que hizo de local. El desarrollo se dio como el resto de los partidos de la Copa. La pelota siempre estuvo entre botines pintados azul y amarillo, y nuevamente desperdició incontables situaciones de gol, aunque también chocó contra el arquero Fernando Enrique. Cabezazos de Palermo (marcó 7 goles en el certamen), disparos de Sebastián Battaglia, Palacio, una chilena de Dátolo, un disparo de Pablo Ledesma que despejan en la línea.... en fin, más de lo mismo.

Algunos simpatizantes xeneizes podrán pensar que Boca sufrió a lo largo de todo el torneo la falta de suerte. Muchos otros -incluyendo los famosos “anti-bosteros”- dirán que no jugó bien ningún partido, que clasificó a octavos por la puerta de atrás, y que sí tuvo suerte cuando definió con Atlas en México o con Cruzeiro en Belo Horizonte.

Lo cierto es que Boca dominó todos y cada uno de los partidos que disputó. Creó situaciones claras en todos los encuentros, las suficientes como para quedarse con los tres puntos. Pero no tuvo “la suerte del campeón”, y quizá si los hinchas hubiesen sido menos hincha, la “desalegría” de hoy no sería sorpresa.

Es que ya en el primer encuentro contra Maracaibo en la altura sufrió un gol de tiro libre de Mea Vitali desde más de 30mts, luego el gol de Cruzeiro en octavos que se desvía en Álvaro González, la pelota del empate del Flu en Avellaneda que se le escapó a Pablo Migliore y hoy el gol en contra de Ibarra.

Boca no ligó, no tuvo la suerte del campeón, pero jugó como tal. La grandeza no se la quitará nadie. La final será entonces entre Fulmínense y la Liga Deportiva Universitaria de Quito. Boca se queda sin ver a Liga, básicamente por no “ligar”.


SANTIAGO GABARI