La relación entre los miembros de la Comisión Directiva de la UAR y Los Pumas cada vez se tensa más. Las pocas y erróneas soluciones aportadas por Alejandro Riesler y la impaciencia puma volcada en una nueva carta, generan mucha incertidumbre en el mundo del rugby argentino.“Esperábamos que Risler y Sanz se acercaran a hablar con nosotros en algunas de las cinco semanas que estuvimos representando al país (...) Uno de ellos prefirió irse al Mundial de fútbol y el otro no fue capaz de hablar”. Este fragmento de la tercera carta dirigida a la CD de la UAR demuestra lo heridos que están los jugadores que representan al equipo de rugby más importante de América.
El texto, muy similar a los otros dos, demuestra la no aceptación, por parte del equipo capitaneado por Agustín Pichot, a firmar contratos individuales plagado de exigencias un tanto incoherentes a cambio de una mejor infraestructura y pago de viáticos a todos los jugadores que representen al país. O sea, algo justo para tanto esfuerzo.
Lo cierto es que la actualidad del rugby argentino no pasa por el mejor momento. La dirigencia de la UAR, con Risler a la cabeza, tiene cada vez menos apoyo, los jugadores están enfurecidos y no dan tregua a los manejos de una de las entidades deportivas con más trayectoria en nuestro país.
“Queremos personas creíbles, no nos gusta el doble discurso”, dijeron los representantes del plantel en la carta. Pichot junto a Mario Ledesma, Gonzalo Longo, Felipe Contepomi, Ignacio Fernández Lobbe y Martín Durand, se encargarán de seguir con la lucha por lo que les corresponde, mientras esperan las respuestas que la CD de la UAR deberá otorgarles en las próximas horas.
¿Se vendrá la patada final o el arreglo esperado?
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