sábado, agosto 05, 2006

"Quería retirarme vistiendo la celeste y blanca"

Con estas palabras, cerraba la charla el goleador histórico de la Selección Masculina de Hockey sobre Césped. Habló de dolor, de un quiebre en su carrera, incluso mencionó la palabra RETIRO. Pero estas declaraciones no eran sólo palabras vacías. Jorge Lombi expresaba sufrimiento en cada comentario, en cada respuesta. Algo dentro suyo se rompió: la ilusión de toda persona que realiza un deporte por amor y no por dinero, las ganas de representar a su país en el último Mundial de su carrera y poder terminarla “por la puerta grande”, no porque se considere GRANDE, sino porque se lo merece, luego de todo lo bueno aportado al hockey.

Cuando comenzaba el mes de Julio, Sergio Vigil dio la lista de convocados para el Champions Trophy de España y dos ausencias llamaron particularmente la atención: Jorge Lombi y Carlos “El Chapa” Retegui estaban desafectados de ese listado, así como también de los jugadores que continuaban entrenando para el Mundial en Alemania. Mientras que el Chapa eligió el silencio como respuesta, Jorge Lombi habló y se refirió con dureza al cuerpo técnico del seleccionado.
La versión oficial dice que se quedó afuera por “aspectos físicos”, a lo cual él respondió: “Hice hincapié en que miraran mi rendimiento, y no de hace seis años atrás, del ultimo año. Les transmití que no entendía la decisión, que me hubiera encantado que me analizaran desde ese aspecto. Incluso pregunté si era un problema disciplinario, porque por lo menos para mí, jugar en la selección es rendimiento y disciplina. No me han devuelto desde esos dos aspectos nada contradictorio como para encontrar allí la causa de la desafección”.

Lombi, que debutó en la Selección en 1991, fue goleador, entre otros torneos, de Sydney 2000, del Mundial de Kuala Lumpur 2002 y del Champions Trophy 2003. Precisamente en su rendimiento basó su defensa, ante las razones poco convincentes sobre su exclusión. Incluso, apeló al sentimiento del DT: “No me entra en la cabeza quedar afuera después de tantos años, llenos de buenos rendimientos con el equipo, con el grupo, desde lo humano, lo deportivo, en los goles. Hice mucho hincapié en que éste era mi último año. Nunca fui de decir lo que había hecho, siempre pensé que demostrando en la cancha era suficiente para que los técnicos sean lo suficientemente inteligentes para ver que es lo que sirve y que no”.

Sin duda, sus durísimas declaraciones apuntaban más allá de lo dicho públicamente y son las cosas que quedaron ocultas en esa reunión. En un momento de la entrevista, Lombi deslizó la posibilidad de que su ausencia se debía a “motivos subjetivos, tema de fantasmas”, ya que declaró, que “presentía que el tema venía desde ese aspecto”. ¿A qué se refería con esas palabras? Desde hace varios años, cuando Ciudad de Bs. As. era MUNI todavía, existe un conflicto entre Sergio Vigil y Jorge Lombi. Dentro del club, había dos tendencias bien marcadas y enfrentadas entre sí. Por un lado, estaban los hermanos Lombi y los hermanos Pailós, y por el otro, Vigil y Marcelo Garrafo como principales referentes. Las diferencias técnicas dentro de los planteles del club, algunos a cargo del primer grupo y otros en manos del segundo, marcaron aún más la crisis. Lo cierto es que lo que había quedado relegado por el paso del tiempo, volvió a surgir con la llegada de Vigil a la selección, donde Lombi era, hasta hace un mes, referente, goleador, especialista en corner cortos y ejemplo para los más jóvenes.

Más allá del “pasado oscuro”, siempre oculto bajo la alfombra, existe una realidad deportiva que no se puede ignorar: la Selección sigue sin encontrar el rumbo, tiene graves problemas defensivos y poca cuota ofensiva. Las derrotas se acumulan y los festejos no llegan. ¿Se debe esto a la ausencia de un grande como Lombi? ¿Volverá sobre sus pasos Vigil y convocará al histórico goleador para el Mundial? Sólo el tiempo nos dará esas respuestas. La única certeza que tenemos actualmente es que Jorge Lombi no se dará por vencido: “Yo tengo la esperanza y me sigo entrenado para estar a punto en caso de que decidan convocarme. De todos modos, pienso que de su lado, la puerta ya está cerrada”.

Con tristeza, se despidió diciendo: “En mí está la esperanza y de hecho, no me voy a detener, porque tengo ganas de seguir jugando y de demostrarme a mi mismo que estaba perfecto e intacto para jugar el Mundial y despedirme defendiendo la celeste y blanca”.
Karen Nieva

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