jueves, diciembre 04, 2008

LNB - Súper 8: CORRIENTES CAPITAL...


Hace un año atrás, se le había escapado en la última bola. Con el Polideportivo Islas Malvinas como escenario de la final del Súper 8, Libertad se llevaba el partido con un doble de Pablo Moldú que dejaba al equipo correntino sin nada. Pero esa pelota que entró y decretó la victoria de los Tigres en la edición 07 de este torneo, sirvió. ¿Para quién? Para Regatas, obvio. Porque a partir de esa derrota nació el fuego interior de un plantel que, con grandes jugadores, se consagró como campeón de la Liga Sudamericana. Un hito para la historia de Corrientes. Pero esa es otra historia. Porque la de ahora va contar como de la mano de un Yacaré, Corrientes conquistó la Capital…

El team de Silvio Santander llegaba con aspiraciones pero no como el súper candidato. Atenas y su racha furiosa de partidos ganados lo eleva como el que iba a levantar la copa. Pero los juegos hay que jugarlos. Claro que sí. Y eso se demostró desde el comienzo del campeonato.

Ya en el primer día de acción, las sorpresas estuvieron a la orden de la tarde-noche: El Tachero, que entró como invitado como organizador del evento, le ganó a uno que venía bien dulce y con aires de mar. Borrel se puso el equipo al hombre y el 72-71 final dejó a El Nacional de Monte Hermoso afuera de la lucha. Pero el batacazo vino despues. Los Tigres, campeones defensores hace un año en Mar del Plata, cayeron ante el renovado Gimnasia de Comodoro Rivadavia. La grande defensa del equipo del Sur del país prevaleció contra Ginóbili, Pelussi y compañía. En la segunda jornada, se dieron los resultados que la mayoría ponía en el imaginativo Prode basquetbolero. El Griego cordobés vencía a Quimsa por tercera vez consecutiva en 10 días y pasaba a las semifinales. Al igual que Regatas. Con un trabajo impecable de Kammerichs, el Yacaré dominaba los tableros para depositar a su equipo entre los cuatro mejor.

Tiempo de los duelos en busca de la Súper Final. El primer juego daba algo más que un batacazo. Fue un cimbronazo. Tembló el estadio. Temblaron las paredes del estadio sobre la Av. Libertador. Obras, con un Borrell inspirado y el enorme oficio y esfuerzo de sus pares, mandaba a casa al Atenas súper líder. ¿En serio? Sí, creélo. Aunque suene a mentirita piadosa, los de negro y amarillo hicieron lo casi imposible en esta temporada de la LNB: vencieron a un equipo que traía un récord de 16 triunfos en serie y 25 de 26 con resultado a favor. Tremendo. Así, mientras todos no podían creen todavía como los cordobeses se quedaban afuera de la definición, los de Corrientes y los de la Patagonia cerraban una primera mitad bien dura. El tablero lo decía todo: 35-35 y un segundo tiempo que prometía una lucha apetecible para los presentes. Pero como esto es básquet (un deporte de rachas), Regatas metió un parcial de 17-0 y dejó sin anotar a su rival por ocho minutos. Demasiado. Igual, el último cuarto fue parejo pero el daño estaba echo. Corrientes a la final.

Ahí estaban. De un lado, el equipo que había sufrido el peor arranque en la historia de la franquicia con siete derrotas. Por el otro, un plantel de grandes jugadores potenciado por la continuidad del Puma Montecchia y el regreso de nuestra liga de Fede Kammerichs. ¿Pero que pasó? Pasó lo que tenía que pasar. ¿Obras culminó con otro bombazo a los pronósticos? Lejos no anduvo. Como en los dos partidos anteriores, ante El Nacional y Atenas, nunca se dio por vencido y usó al cubano (goleador del torneo) como su arma principal. Pero la actuación de Borrell se vio opacada por algo grande. Muy grande.

Según los manuales que solíamos usar en la primaria, esos que nos decían las cualidades de los animales que nos mandaban a estudiar, el Yacaré es un caimán que se encuentra en un mismo lugar, siempre. Oriundo de las regiones subtropicales y tropicales de Sudamérica, puede alcanzar los tres metros de longitud. ¿De qué estamos hablando? Cualquier semejanza con la realidad, es pura coincidencia. Un flaco largo barbudo, de gran envergadura, capaz de agarrar la naranja con una sola mano y hacerla bailar por los aires. Es él. Fue el jugador más valioso de la final: Fede, campeón olímpico, Kammerichs.

Otra vez, aunque los dos primeros cuartos dejaron un saldo casi igualado, el Tachero se quedó sin combustible y Santander le puso el freno a la ilusión de los porteños con la rotación de un equipo largo (Cequeira, Roberto López y el americano Patton llevaron 26 puntos desde el banco contra los 15 de Obras) El cierre dejó un 68-62 para Regatas y varias cosas mas. La actuación del invitado que casi da el zarpazo, el fracaso del súper líder de la LNB y una anécdota bien argentina: la final que se tuvo que haber jugado el sábado, se pospuso un día porque el aguacero que cayó sobre Buenos Aires inundó la cancha.


El Súper 8 en su cuarta edición tiene a un nuevo campeón. Además de los $ 50.000 y el trofeo por ser el mejor, un buen jamón de estas tierras se lleva un Yacaré para compartir con todos sus laderos. ¡A brindar con un buen embutido!


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