Estar así, paradas y abrazas, ya es un signo de unión. Pero si a esta ceremonia le agregamos el sonido de fondo de tu público fervoroso, la unión se transforma en respaldo. Y para no dejar ese apoyo moral sin el condimento necesario, los parlantes del estadio coreaban la música más bella para estas chicas. Esa canción que han escuchado miles de veces por todo el mundo. Pero esta vez, les suena distinto al oído. Es como si cada estrofa del himno nacional argentino, recorre todos sus cuerpos. Va desde el alma, pasa por el corazón y se clava en el ángulo del cerebro. De ahí, un buen consejo a los músculos, que más que nunca deben rendir como ellas y todos pretende. Una procesión interna que se traduce en una sola palabra: orgullo.
Una fiesta increíble se vivió el domingo por la tarde en Rosario. En la jornada inaugural del Mundial, la gente se hizo presente para disfrutar del mejor hockey del planeta. De todas partes del país, las fanáticas de estas Leonas, no pararon de rugir. Contra todo, disfrutaron cada instante en la previa a la salida del equipo. Con Luciana Aymar como la más aplaudida, chicas de todas las edades no podían creer lo que estaban sufriendo. Un frío espantoso se hizo presente cuando el sol le dejaba su lugar a lo que sería una noche tensa. La cuenta regresiva para el debút mundialista, había comenzado.
Lágrimas dentro y fuera. Para algunas su primer torneo mundial, para otras, como Soledad García, claramente emocionada, será tal vez el último. Una conjunción de sentimientos entrelazados, que se hicieron uno al escuchar la canción patria. Con el partido en marcha, se las notó nerviosas. No es para menos. Nada fácil debe ser jugar algo tan grande en la tierra donde naciste. Varias dudas al llegar en entretiempo. No había ventaja para la Argentina ante Sudáfrica, a priori, una rival accesible. Pero el segundo capítulo de esta primera página, sería color de Lucha. Bien rápido, estampo una conquista gloriosa. Poco tiempo más tarde, gran jugada colectiva para que un rebote terminara en la tabla. Y para cerrar la trilogía, jugada preparada en un córner corto que se metió en el primer palo de la arquera sudafricana. Ella sola, casi, despojó a sus compañeras de esas dudas que habían tenido. La gente, pudo disfrutar al fin, de la goleada esperada. Un triunfo holgado que calentó el pecho en las tribunas.
Emocionante fue ver el espectáculo previo. De la mano de Luis Gudiño, periodista del diario El Litoral de Santa Fe, pudimos escuchar la palabra de Mechi Margalot y Ayelén Stepnik, dos gloriosas Leonas que ya dejaron el palo atrás. Hasta Carlos Retegui, nervioso por el arranca mundialista, nos dio el 11 inicial que quedará en la historia por ser el equipo que salió al campo en Rosario 2010. Es que lo que se estaba por venir, emocionaba a cualquiera. Y así fue.
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