sábado, septiembre 18, 2010

Copa Davis vs. Francia - Día 1: L' HISTOIRE DES NOIRS

Historia negra. Un capítulo escrito en francés. La jornada, primera en esa instancia por las semifinales de la Davis, dejó algo en claro: elijas la estrategia que se adapte mejor a las circunstancias del equipo y del juego pensando en el desarrollo de la serie, cuando el rival tiene uno de sos días platónicos, en donde hasta conseguiría a la mujer que siempre anhelo, es difícil ganar. Eso le sucedió a la Argentina. Pese a todo, al buen pasar de Mónaco y Nalbandian en varios momentos de sus partidos. Pese a la elección del capitán, Tito Vázquez, de poner como singlista Nº 2 al cordobés. Pese a todo esto, las manos mágicas de Llodra y el bailarín Monfils, hicieron lo necesario para poner a Francia muy, pero muy cerca de la Final 2010.


La Picota de Michael. El análisis de lo que sirvió como apertura del match en el Palais des Sports de Gerland en Lyon tiene pocas aristas. Porque cuando del otro lado de la red, tenés a un tenista que todo lo que tiene que hacer en los momentos determinantes del juego, lo hace bien, se complica. Sin fisuras, Llodra le dio la razón a Forget de porque elegirlo. Contra un adversario que venía de casi tres meses sin actividad plena, hizo valer su arma letal: el servicio. Cuando el transcurrir del juego lo ponía en aprietos, el francés sacaba su zurda gloriosa para sacar a más de 200 km/h y limpiar su saque, sin inquietarse por Mónaco. El tandilense, quedó vacío. Lo luchó, sobre todo en el segundo set. Hasta que el rival vestido de azul, se lo permitió. Fueron tres horas con 22 minutos de un extenso y cansador desarrollo que mostró, en las estadísticas finales, porque Llodra lo picó a Juan: 88% de primeros saques con un total de 18 aces para Mika. Así, el 1º match de la serie culminó 7-5, 4-6, 7-5 y 6-3.


Fue su mejor partido del año. No lo digo yo. Lo mencionó el mismo hombre, tras vencer al “complicado y duro” Nalbandian. Como él mismo se encargó de describirlo, estuvo deslumbrante. Es un gran tenista Monfils. Aunque todavía tenga mucho por crecer, su juventud lo torna un arma de doble filo: puede tener un partido brillante o hundirse en su propia marea cuando el rumbo del encuentro se aleja de su control. Ayer, fue casi todo de lo primero. Defendió con uñas y dientes el embate del unquillense (clave en el tercer parcial) y se lo vio correr, son estiras y zambullidas al mejor estilo Cirque du Soleil. Un porcentaje del 75 de eficacia en sus primeros envíos, más ¡27! saques ganadores, se convirtieron en un combo agrandado al máximo para tambalear a David. La concentración, aspecto que se le reconoce al cordobés como uno de sus puntos a favor para matar a sus rivales, se le vino en contra. Después del quiebre del francés en el 3º set (1-3) rompió su raqueta contra uno de los carteles y se hundió en una racha negativa que desembocó en la pérdida del parcial. Algo parecido ocurrió en el cuarto. Con ventaja 3-0, empezó a no variar los ángulos en ataque como lo había hecho en gran parte del partido. Y Monfils tomó nota para darlo vuelta y llevárselo puesto, ganándole seis games en final y clausuras las ilusiones del equipo argentino. La derrota fue en dos horas con 35m, en parciales de 6-4, 2-6, 6-4 y 6-3.

“OJO DE HALCÓN” – Cruce entre el capitán y el líder
No fue necesario pedirle al juez de silla que repitiera en la pantalla lo que la mayoría vio. Molesto por como transitaba el juego, Nalbandian habló en varios momentos con Vázquez en las interrupciones. Varias veces, al cordobés se lo notó con gestos ampulosos para que Tito, le reclame al umpire. Más allá de esto, la declaración post derrota de David, fue lapidaria: “Me hubiese gustado jugar contra Llodra hoy, pero el capitán decidió otra cosa”. El resultado de este examen no deja dudas: palabras en caliente del héroe argentino en muchas ocasiones de la Davis. Nada más que eso. ¿Estuvo bien en ventilarlas a la prensa? No. Pero Nalbandian es así. Porque él sabía, ya que participó de la reunión el miércoles por la noche, de la reunión en la que participaron los jugadores y el cuerpo técnico, en donde se decidió que Mónaco jugara, para que todos estén frescos. Y sobre todo, para no exponer a Schwank a demasiada responsabilidad. La bola, afuera…

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