Dados los grandes éxitos que tuvieron los tenistas argentinos en la última década se generó una sensación de que el año 2008 dejó un balance negativo en este deporte a pesar de estar en las semifinales del Grupo Mundial de la Copa Davis, tener dos jugadores entre los 20 primeros, un top ten y otros tantos entre los 100 (impensado hace 10 años atrás).
Dentro de este clima derrotista porque David Nalbandian no confirmó lo hecho a fines del año pasado, porque Willy Cañas descendió muchos puestos, Pico Monaco después de un gran 2007 bajó su rendimiento luego de sufrir una enfermedad que le hizo perder mucha masa muscular, entre otros tantos; apareció la figura de un joven que venía prometiendo hace años y no terminaba de dar el gran salto. Juan Martín del Potro tuvo una segunda mitad de año soñada y consiguió unos resultados previstos e imprevistos al mismo tiempo.
Previsto porque se sabía que en algún momento tenía que explotar. Delpo tiene buenos golpes de derecha y de revés, una buena volea, potencia y el mejor saque del tenis argentino. Con esos condimentos sólo faltaba que se sienta con confianza y que demuestre, con regularidad, su potencial en un court.
Lo que si fue imprevisto fue la vertiginosidad con que se fueron concretando los resultados. En su carrera había tenido buenos resultados pero ninguno destacado. Había tenido mala suerte en muchos Grand Slam con rivales de mucho peso en ruedas preliminares y realizó buenos torneos en certámenes menores del circuito ATP. Sin embargo, de repente y con una primera mitad de año que no auguraba lo que vendría más tarde, se despachó con cuatro títulos consecutivos (Stuttgart, Kitbühel, Los Ángeles y Washington), llegó a los cuartos de final del US Open y alcanzó el 13º lugar del ranking y el 10º de la Carrera de Campeones.
Hay que esperar que sucede con la Copa Davis (Argentina juega contra Rusia entre el 19 y 21 de este mes) pero todo hace pensar que se va a convertir en la figura del tenis argentino en este 2008. Sus conquistas llegaron con triunfos importantes con jugadores como el francés Gael Monfils y los norteamericanos Mardy Fish y Andy Roddick para alcanzar una marca de 19 triunfos consecutivos (segunda mejor detrás de Rafa Nadal con 32).
Pero un nuevo desafío surgió con la llegada del último Grand Slam de la temporada en el que Del Potro tenía que revalidar lo hecho semanas atrás. Incluso él mismo se hizo cargo de ciertas presiones y demostraba su confianza: “quiero llegar a los 26 partidos invictos”, lo que significaba ni más ni menos que ganar este US Open.
El objetivo no se cumplió. En su camino chocó frente a otra ex promesa, el escocés Andy Murray que, luego de vencer al argentino en los cuartos de final, accedió al último partido del torneo tras vencer a Nadal y perder con Roger Federer en la definición. Los triunfos de Juan Martín frente a Cañas, el brasileño Thomaz Bellucci, el francés Gilles Simon y el japonés Kei Nishikori extendieron su racha a 23 partidos. Demostró que está en condiciones de ganarle a cualquiera, que cuenta con herramientas para obtener resultados importantes en torneos grandes y no sólo en simples ATP. Sólo pudo frenarlo en Nº 4 del mundo, en un partido más que parejo que duró cuatro sets y que por poco no pudo ser para el tandilense.
Habrá que esperar como continúa la evolución de este chico de tan sólo 19 años que, sin ninguna duda, aún no disputó su mejor Grand Slam.
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