miércoles, septiembre 24, 2008

Lo que dejó la Davis: EN LOS PUNTOS CLAVE, EL PÚBLICO ENTRA A LA CANCHA


El equipo argentino de Copa Davis avanzó a la final de la competición con una gran actuación de sus jugadores, sin contar la excepcional labor de JM Del Potro. Pero, como en otras de las tantas series disputadas en el país, el público jugó su partido.

Con silbidos, cánticos, gritos, la gente ejerció presión al conjunto ruso principalmente en puntos clave. Además, el apoyo dado a los capitaneados por Luli Mancini sirvió para que los jugadores reviertan situaciones desfavorables en pasajes de partidos como ocurrió con el dobles del sábado. Sin jugar bien y después de haber perdido los dos primeros sets con facilidad, David Nalbandian y Guillermo Cañas ganaron el tercer parcial en el tie break y cambiaron el curso de un encuentro que parecía tener un trámite corto. Allí el público, con su aliento, le dio ánimo a la dupla argentina para que pueda remontar un partido que, por poco, terminó siendo para Rusia.

¿Cómo es esto que los simpatizantes pueden ayudar a sus simpatizados a tener un mejor rendimiento? Es un fenómeno difícil de explicar pero es así. Hay un conjunto de personas en torno al lugar del juego que pone expectativas sobre los actores. Éstos, a su vez, sienten una cierta presión por parte de aquel por la necesidad de cumplir con esas expectativas. Existe una comunicación implícita en ambos agentes donde uno traslada sus objetivos al otro, y este otro genera motivaciones que, en caso de tener consecuencias exitosas, van a producir satisfacciones en el conjunto. De esta manera, el jugador juega el partido con una “fuerza extra” que en el tenis se manifiesta con mayor vehemencia en puntos clave como pueden ser “break points” o “tie breaks”.

Algo similar pero a la inversa sucede con los equipos que hacen las veces de visitante. Las presiones que funcionan de manera favorable para el local (hay que aclarar que no son siempre favorables, a veces tienen un efecto negativo) actúan en oposición con el rival. Ese “clima hostil” que tanto habló el capitán español, Emilio Sánchez Vicario genera cierta incertidumbre, inseguridad y hasta nerviosismo que, sumado a la fuerza volitiva que adquiere el conjunto local, disminuye su rendimiento en el juego.

Por esto se explica la importancia de la localía en la Copa Davis y en cualquier otra competición. Por el mismo hecho se explica por qué en el fútbol argentino el lugar donde se efectúe el partido no tiene tanta incidencia ya que en la mayoría de los estadios el público está distribuido sin tantas diferencias entre uno y otro equipo.

Pero este fin de semana se vivió, en el Parque Roca, un marco como hace mucho tiempo no se veía en la Davis. La Argentina hacía mucho que no tenía una serie tan disputada en una instancia clave. Había disputado la semifinal de 2006, en el mismo escenario, frente a Australia pero el triunfo fue por un contundente 5 a 0 y ni hubo necesidad de la intervención del público.

El fervor de la gente en este último fin de semana se comenzó a notar en el primer set del día viernes en donde en el tie break Nalbandian comenzó a enarbolar su triunfo frente a Igor Andreev. Pero se tornó polémico a partir de los picos que tuvo en la segunda jornada con el dobles. Ese día los silbidos durante los saques de los rusos, en el momento de definir puntos o incluso la desatención a los pedidos de silencio del umpire se hicieron presentes. Normas de conducta que son fijadas por el mundo del tenis internacional se rompieron y esto se vio plasmado en la queja de los rusos mencionando una “falta de respeto”, producoto de insultos y desconcentraciones en el momento del juego.

A pesar que los jugadores rusos argumenten que “son profesionales y que están preparados para jugar bajo estas circunstancias” y que el mismo Nalbandian diga que “cuando nosotros somos visitantes es igual o peor”, es evidente que los espectadores juegan un papel importante en partidos que son parejos. Obviamente cuando la diferencia a favor del visitante es de consideración el fervor de la gente baja y pueden jugar con mayor tranquilidad. En la Argentina esa presión tiene su plus debido a las canciones, que se toman del mundo del fútbol, a la pasión que tiene la gente con deportes que se popularizan y debido a ciertas normas del tenis que se violan y que inciden de alguna manera en el rendimiento del rival. Ya se lo dijo Sánchez Vicario a Andy Roddick: “que se vaya a la Argentina para saber lo que es un público hostil”.

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