viernes, septiembre 05, 2008

HISTORIA DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS (Parte V y última)

CHINA DETRÁS DE BEIJING

La realización de los Juegos Olímpicos en Beijing generaron grandes expectativas en toda la República Popular China y también en el comercial mundo occidental que vio la posibilidad de vender la competencia a más de 1300 millones de personas.

La imagen que dio China con unos Juegos que mostraban el desarrollo del país, su poderío económico, las cordialidad con sus visitantes, la occidentalización que demuestra cada vez más, esconde una realidad mucho más profunda de lo que es este país.


Hay que decir que China tuvo una evolución importante en muchos aspectos pero que también consiguió ese desarrollo a través de métodos criticables. Hagamos un poco de historia... Esta República, que los chinos todavía llaman “Popular” y que está liderada por el partido comunista, nació en 1949 luego de una guerra civil que subió al poder al famoso Mao Tse Tung. A través de un comunismo focalizado más en el campesinado que en el proletariado, Mao quiso llevar adelante el desarrollo de un país que, entrado ya el siglo XX, vivía en condiciones no muy diferentes a las del mundo medieval.

Pero a pesar de la revolución económica, social y cultural que causó el movimiento de Mao, este nuevo gigante industrial comenzó a formarse a partir de finales de los ´70, con la muerte del líder comunista chino y la aparición de la figura de Deng Xiaoping, secretario del partido. Deng impulsó una serie de reformas económicas que supusieron el abandono de muchas de las políticas de nacionalización y colectivización de la época maoísta. Aunque el Estado conservaba su función planificadora, bajo la dirección del Partido Comunista, se comenzó a fomentar la creación de empresas privadas, a la vez que se alentaba la entrada de capital extranjero a través de ventajas impositivas, mano de obra barata y un marco regulatorio permisivo en materia de derecho laboral y protección ambiental.

Esta nueva situación generó, a partir de los ´80, el desarrollo industrial de las zonas costeras orientales y se intensificó en los ´90 y en este nuevo siglo convirtiendo a China como el productor del 25% de los bienes manufacturados de todo el mundo, el cuarto PBI más alto y sostiene un crecimiento arriba del 10% desde el año 1992.


Desarrollo económico con costo social

Pero este notable superávit económico no se logró sin un déficit social. Las condiciones laborales del trabajador medio siguen siendo deplorables y los sueldos peores. Existe una China de la costa este con grandes ciudades industrializadas y otra China interior, agrícola, donde la pobreza se hace más presente. En estas zonas conviven la mayoría de las 56 etnias reconocidas por el Estado chino, de las cuales sólo una (la etnia han) ocupa el 90% de la población.

Este multiculturalismo y el dominio de una cultura que se impone, genera actitudes separatistas de algunos sectores. Fue el caso de lo que se convirtió en un intento de boicot a los Juegos por parte del movimiento tibetano. Este grupo que recibe una brutal represión del gobierno chino, con ejecuciones incluidas, vio la posibilidad de extender a todo el mundo su reclamo por los derechos humanos a través de la publicidad que otorgan los Juegos Olímpicos. Una muestra de esta distinción en este evento se vio en la ceremonia inaugural cuando los 56 nenes que representaban las 56 etnias en realidad eran todos chinos han.

Además es penosa la preocupación de los chinos por la imagen de su país. Esconder a una nena de 7 años con una voz angelical detrás de un altoparlante porque su imagen “no era impecable” y reemplazar su presencia en el escenario por otra nena. O incluso llegar a limitar los accesos a muchos de los sitios web para que no se tenga acceso a las críticas por las actitudes dictatoriales de sus dirigentes.

Y no sólo peca en materia social sino también ambiental. De acuerdo con un artículo de la BBC de Londres, China se convirtió en el segundo país en emisiones de dióxido de carbono y tiene que alimentar a su población (el equivalente a uno de cada cinco seres humanos) con sólo un 7% de su superficie en condiciones de ser empleada para la agricultura. El país es sede de 16 de las 20 ciudades más contaminadas del planeta y, al igual que potencias como los Estados Unidos, se niega a proteger el medio ambiente al no participar del Tratado de Kyoto.


Según los habitantes de la ciudad, la Beijing que vieron los visitantes y los televidentes durante los Juegos Olímpicos no fue la Beijing usual. Fue una versión desinfectada y retocada, sin sus encantos naturales ni su ritmo frenético. Los organizadores de los juegos transformaron la ciudad para establecer una estructura perfecta. En la Beijing de los Juegos Olímpicos, la mitad de los autos no pueden circular y muchos trabajadores y estudiantes del interior fueron enviados de vuelta a sus sitios de origen para reducir la contaminación y el congestionamiento. Beijing se convirtió en una fachada pintoresca que esconde lo turbio de un país más que misterioso.

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