lunes, julio 12, 2010

Copa Davis vs. Rusia – Día 1: DEL GRAN DAVID AL POBRE LEO

Otra parada como visitante. Otra situación extrema. Así, sin dudarlo, podríamos presentar esta serie entre rusos y argentinos. Ya un clásico dentro del tenis mundial, este duelo, en la previa, parecía muy favorable para los locales y casi imposible para la Argentina. Daba pena verlo a Modesto Vázquez. Es que, como le ha sucedido desde que tomó el cargo que dejó Mancini, post catástrofe en Mar del Plata con el triunfo español, todo le ha sido cuesta arriba al capitán del equipo argentino de la Davis. Que la lesión de Del Potro, que la operación de Mónaco. Por una cosa o por otra, nunca pudo juntar al mejor equipo posible; sólo pudo optar por lo disponible. Y esta vez, en viaje a Moscú, la vida no era distinta. Pero como ya ha ocurrido antes, la historia es esa del que ríe último…


David, anti Robocop. Sangre copera, sin dudas, es lo que le corre por las venas al Rey Nalbandian. En un año donde no ha disputado más de 20 partidos en torneos oficiales, dejó todo stand by para dar todo en Moscú. Y así lo hizo en el primer punto de esta serie enfrentando a un deslucido Nikolay Davydenko. En su victoria, David estuvo fuerte en el aspecto mental y compensó la falta de tenis con su estilo, jerarquía y voluntad para recuperar varios quiebres en contra. Además, como ya nos tiene acostumbrado en este tipo de cruces, fue el mejor en los puntos importantes, los decisivos en el partido. Si bien mostró altibajos durante el encuentro y no quedó conforme con su tenis más allá de la victoria, supo completarla en 3 sets y dejó mal parado al local, número 6 del mundo. El final fue 6-4, 7-6 (5) y 7-6 (6).

Incomodo Mayer. Rusia apostó por Mikhail Youzhny, número 14 del mundo, quien aplastó a Leonardo Mayer (58) por 6-3, 6-1 y 6-4, en un duelo que se resolvió rápido y sin apuros. Desde el comienzo, el juego fue cuesta arriba para Mayer, quien resignó su servicio en el primer juego de saque. Nunca pudo recuperarse y el primer set se le fue de las manos pronto, sin poder acomodarse. El segundo fue un monólogo del local, donde sólo al final el correntino pudo descontar para no terminar en 0 y en el tercero, un quiebre en el quinto game terminó de inclinar la balanza. Desde que llegó, el correntino no se sintió cómodo con esa superficie de madera y algo más. Lo intentó. Luchó, pero con el nivel que demostró Youzhny, difícil creer en los milagros.


El primer día cerraba 1-1 y con esperanzas para el sábado temprano. ¿Jugaría Nalbandian o el capitán Tito optaría por apoyar a la dupla que practicó desde la llegada del equipo a Rusia? Esa fue una clave…

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