martes, noviembre 14, 2006

El Principio del Fin

APERTURA 06: CAPITULO 15
Se tocó fondo. Nos tapó el agua. Fue la gota que rebalso el vaso. Y así podríamos estar horas y horas tratando de encontrar la frase que resuma la situación que está atravesando el fútbol argentino. En realidad, es una clara y cruda realidad que demuestra la irracionalidad de la sociedad en muchos aspectos de la vida. Entonces, como demostración para apaciguar las corrientes enrarecidas, ¿la solución esta con detener la pelota, y todo negocio que se acarrea consigo?

Desde aquella tarde noche de Septiembre, cuando el presidente de Gimnasia La Plata, Juan José Muñoz, ingresó al vestuario del árbitro Giménez para “recordarle” que el técnico de su equipo no estaba pasando un buen momento personal, parece que todas las aristas que podemos encontrar anexas al fútbol, se comenzaron a caer, como ese juego de ladrillos de madera que se inmortalizo en la noche del domingo.

Sumada a los actos de violencia que se hicieron presentes en todas las categorías, sin distinción de letras ni de equipos, el hecho más resonante en los últimos años relacionado a la brutalidad fue lo que sucedió en la concentración de GELP. Tres empresarios del fútbol-negocio junto con otros dirigentes del club fueron precisos y concisos: “Muchachos, acá no importa como quedemos ni la imagen que demostremos, hay que perder, ¿Por qué sino…?" Frase maldita si las hay. Asemejada a muchos de los perores momentos en la historia de nuestro país, y reconocidas en varias décadas pasadas en nuestro fútbol, otra vez apareció en la escena grande.

Y lo peor de todo esto es que se ha ejercido esta modalidad con total impunidad. Según los diccionarios viejos, esos con hojas amarillas, o los más renovados, esa palabra tiene un significado claro, justo. Proveniente del latín (impunitas), la referencia es falta de castigo. Algo que no solamente lo encontramos en la justicia ordinaria que nos decreta a cada ciudadano cuales son nuestros derechos. El fútbol en Argentina, falto de un tribunal de penas ecuánime e individual separado de los altos controles, también está acostumbrado a no penar los hechos que afectan al deporte. Y lo que es peor, los mira escondido, sabiendo lo que ocurre, pero sin solucionar nada.

Pero como muchas veces hacemos los nacidos en estas tierras, este problema no es culpa de todos, sino de unos pocos que impiden crecimiento. Entonces, ¿Qué tienen para decir los socios del Lobo y de Newell´s? ¿Tanto Muñoz como López, están por obra y gracia del Espíritu Santo en sus banquillos, disfrutando como vacían sus clubes que dicen amar? Claro, lo mismo sucedió años atrás, cuando un riojano había sacado la mayoría de los votos en una elección presidencial, y, o sorpresa, nadie había puesto la boleta.

Después de haber pasado otro fin de semana con los violentos como protagonistas en el clásico de Avellaneda (el día que se den cuenta que provocar la suspensión los deja como reales perdedores y no como ayudantes del equipo, todo cambiará), ahora todos parecen preocuparse un poco más de lo que ocurre. Si bien el Capo dil Tuti Capi, Don Julio, no da señales de vida ni de opiniones concretas para resolver este flagelo, nadie toma un lugar preferencial para acabar con su eterno reinado. El poder político y sindical toma cada vez más espacios dentro de las barras, exquisitos dueños del terror, amparados por dirigentes, técnicos y, por presión o propia decisión, también los futbolistas.

Las comparaciones para muchas son odiosas, pero en casos, son grandiosas. El deporte de la pelota es una cara con facciones idénticas a lo que muestra la sociedad. Poca paciencia en los tiempos que corren y sin importar de qué manera se hacen las cosas, sumado a la falta de seriedad en resoluciones clave para la vida de todos, provoca una mezcla amarga.

Técnicos que se van, que vienen por dos partidos y los despiden. Equipos que malgastan su dinero, posibles situaciones de soborno, corrupción imparable. La bomba de tiempo sigue corriendo, y parece que nadie la puede parar. Sanciones que sirven como “manotazos de ahogado” aparecen con la suspensión hasta el final del torneo del público visitante en las canchas. Entonces, ¿ganaron los violentos? Y el derecho de admisión, ¿sirvió de algo?

La política nacional ha llegado al fútbol. Sin apoyo de la Seguridad en la Provincia de Buenos Aires, y con un ultimátum desde los altos poderes, la pelota sigue manchada. Y se para su circulación. A medias. El Principio del Fin ha comenzado. Mucha sangre ha corrido debajo del puente. Esperemos que el río no se desborde y se vaya aclarando, poco a poco. ¿Se podrá?
Lo que dejó la Fecha… Con el viernes desolado, el sábado hubo dos partidazos. El primero fue en Sarandí: Con el objetivo de 25 cumplidos, el equipo de Alfaro sigue derecho y se llevó otro partido duro ¿a soñar con la Copa…? El Estadio más famoso en estos últimos tiempos, tenía la presentación del partido más relevante de la jornada. El Pincha demostró sin Verón y Pavone que juegue quien juegue, lo que vale es el trabajo en conjunto. Increíble demostración de fuerza unida por una misma idea. El 3-1 sirvió para escuchar los festejos de Estudiantes y las quejas sin razón de Káiser.
El último día de la semana arrancó en la Plata con otro golpe al corazón tripero. Vélez se aprovechó de un equipo sin ganas (jugo igual que contra Boca, pero sin Franco y Goux. ¿Por qué no habrán estado, no?). En Rosario, el que brilló fue el Ledesma canalla para que Pipo confirme la levantada después del clásico y en el Cementerio de los Elefantes, el que empezó a cavar su propia fosa es el Pelusa (¿recibió un llamadito del Sur?), ya que otra gran tarea de los pibes de Cabrero. El Tomba aplastó al Torito, es esos partidos que al final de la temporada, valen doble y en Córdoba, los jujeños hicieron despertar a todos con la súper tijera del Chípi Gandin.
El duelo de los vecinos de Avellaneda demostró 2 cosas: una que el Rolfi no desaparece en los partidos chivos y que Mostaza no puso a los titulares frente a Banfield, al… En el Bajo Flores, lo que más bajo le gritaron a todos es que se vayan. Banderas al revés, insultos por doquier y los goles de Malinga no sirvieron para aquietar las aguas agitadas en el Ciclón. Y dejamos al primero para el final. El Bigotón puso el tridente otra vez, pero de su mano vino el primer gol de Palermo (jugada preparada entre cortinas y desmarques) y después se hizo todo bastante fácil para seguir 4 puntos arriba.

Sinceramente, no se sabe como seguirá todo…

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