miércoles, noviembre 29, 2006

Cerca de la Ensaladera, después de 25 años...

El tenis argentino vibra por la disputa de la final de la Copa Davis. Los dirigidos por Alberto Mancini ya están en Moscú para intentar completar esa misión que se le hizo imposible a Vilas y Clerc en 1981. El ayer y hoy de un mismo sueño.

Del 1 al 3 de diciembre, la Argentina volverá a disputar una serie de Copa Davis con la Ensaladera de Plata al lado de la cancha principal, por segunda vez en toda su historia. Una historia que en varias oportunidades la puso cerca del hito (además de esta final y la de 1981 frente a los Estados Unidos, alcanzó las semifinales en 1977, 1980, 2002, 2003 y 2005), y ahora le vuelve a abrir una nueva puerta en las frías tierras moscovitas.

En esta oportunidad, el equipo argentino estará integrado por David Nalbandian, Agustín Calleri, Jose Acasuso y Juan Ignacio Chela; el mismo que se conformó durante las restantes series disputadas en el año, más el aporte de Guillermo Cañas como quinto participante. Según lo que confirmó Luli Mancini, el primer single del viernes lo va a jugar David Nalbandian frente a Marat Safin y la sorpresa estará en el segundo. El capitán confirmó la presencia de Juan Ignacio Chela, por primera vez con presencia el primer día de competencia, al inclinarse más por su récord favorable frente al nº 1 ruso y 3 del mundo (5 – 0) que por su contundencia en el juego (en entrenamientos previos perdió con Acasuso por 7-6 y 7-6). A partir de esta designación, el clima de júbilo que se sentía en Moscú se tensó porque, al parecer, a Nalbiandian no le habría gustado la designación del de Ciudad Evita y esto generó una discusión con Mancini, durante el entrenamiento del martes.

Ciertas diferencias ya se habían notado en épocas de la antigua generación dorada. Es de público conocimiento que entre Guillermo Vilas y José Luis Clerc no había una buena relación, aunque ellos ponían su mejor predisposición para representar a su patria. En aquella final la Argentina iba claramente como punto y se buscaba conseguir una hazaña. Es que entre sus filas, los Estados Unidos contaban con el mejor jugador del momento, John Mc Enroe, y junto a Peter Fleming, integraban la máxima pareja en el dobles a nivel mundial. Jugando en una carpeta totalmente favorable a los locales y por la calidad de sus jugadores, la victoria era demasiado complicada y, a pesar del susto que le dieron en el dobles (Vilas sacó 7-6 en el quinto set aunque terminaron perdiendo 11-9), el 1 – 3 de la serie se hizo inevitable.

En Rusia, la situación parece ser algo diferente. Si bien el mejor jugador de la historia del tenis argentino vivía el ostracismo de su carrera y, hoy por hoy, la Legión tampoco pasa por su mejor momento, esta nueva generación llega con mas chances de obtener la Copa. Incluso en la página oficial de la Copa Davis, la Argentina goza de un 58 por ciento de los votos como favorito en la final. Además, Rusia tiene un equipo fuerte pero sin un jugador invencible. Safin puede jugar un tenis fantástico como top ten o de bajo nivel como si fuera un jugador fuera de los 100 primeros. Davydenko parece el rival a vencer pero una buena tarde de Nalbandian puede darle el punto a la Argentina. Y tanto Mikhail Youzhny como Dmitry Tursunov son grandes tensitas pero cualquiera de los argentinos está en condiciones de ganarle.

En cuanto a como llegan cada uno, Rusia venció a Holanda en octavos de final por 5 a 0 en Ámsterdam. Luego vinieron victorias frente a Francia, en Pau por 4 a 1, y a los Estados Unidos, como local por 3 a 2. Lo que sucedió con los capitaneados por Mancini es más conocido. Hay que recordar las victorias en el Parque Roca por 5 a 0, en octavos y semis, frente a Suecia y Australia, respectivamente: y el 3 a 2 frente al último campeón, Croacia, en la carpeta ultrarrápida de Zagreb.

Las cartas ya fueron echadas sobre la mesa. Cuatro jugadores entre los 26 primeros ranqueados. Un nº 3 en el mundo actual y un nº 1 del pasado que despierta por momentos. Una superficie que, si bien no es tan rápida como otras, es favorable a los rusos que además juegan con un público a su favor y a estadio lleno. La serie se vislumbra extremadamente complicada a menos que lo previsto no se cumpla y el presagio de Willy Vilas se concrete: “si las condiciones se suceden con normalidad, la Argentina tiene que ganar con extrema facilidad”. Siempre marca su sello propio, como cuando jugaba al tenis... Esperemos que su frase sea tan efectiva como su calidad deportiva.

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