La semana pasada se celebró en Santa Fe un festival internacional de salto con garrocha en donde se presentaron figuras sudamericanas. Pero lo particular de la jornada fue la presencia como espectadora de la campeona olímpica, la rusa Yelena Isinbayeva, junto a otras 1000 personas que marcaron un hito para la historia del atletismo argentino.
El atletismo actual es un fenómeno que produce gran admiración porque es una disciplina con nula tradición en el país. Más alla de los recordados campeones olímpicos en maratón, Juan Carlos Zabala y Delfo Cabrera, no se registraron en el pasado figuras de renombre a nivel mundial. Esto repercutió en un desinterés general en la sociedad de este deporte madre. Seguramente, si se decía, cinco años atrás, que 1000 individuos irían a ver una exhibición de atletismo, no iba a ser demasiado creíble. Que Germán Chiaraviglio este a punto de poder saltar un muro de seis metros, que Jorge Baliengo lance el disco como si fuera un frisbee, que Jennifer Dahlgren piense que el martillo no es más que una boleadora; está provocando cierto interés en la prensa y ésta lo transmite a los aficionados del deporte. Sino no se explica como la exhibición bajo techo de salto con garrocha realizada en el club Unión de Santa Fe provoque tanta repercusión. Además contó con figuras de espectacular trayectoria en la historia del atletismo.
La rusa Yelena Isinbayeva, la mejor saltadora de la historia y la única mujer en alcanzar los cinco metros (5,01), estuvo presenciando la competencia junto aVitaly Petrov, ex entrenador del mejor saltador de la historia, Sergei Bubka. Ambos compartieron entrenamientos en Formía junto a Chiaraviglio y Baliengo, entre otros, y vinieron al país donde están surgiendo estos atletas que, de a poco, están haciéndose escuchar.
Lo interesante es que no es un caso aislado. Se puede hablar de una camada de atletas con grandes resultados lo que deja bien parado a los encargados de su preparación. Además de Chiaraviglio, Baliengo, Dahlgren; aparecen Germán Lauro, Juan Cerra, Juan Manuel Cano, Alejandra García llegando a la final de los últimos Olímpicos, y toda una camada que acompaña y que alimenta a generaciones futuras.
Este movimiento que produjo esta industria del atletismo hay que aprovecharlo. Hay que ser productivos tanto con los espectadores adeptos que esta logrando como con estos deportistas que han dejado de ser futuro y claramente son presente, los cuales tienen que ser espejo de futuras promesas. Los encargados de que el atletismo funcione serán los responsables de que este comienzo se convierta en proceso, para que la Argentina mantenga cierta presencia en esta disciplina tan importante a nivel mundial y que Chiaraviglio y Compañía no sean sólo una estrella fugaz.
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