lunes, julio 31, 2006

Habemus Alfius...

La reunión no duró mas de hora y media. Cerca de las 19 y cuando el cielo se llenaba de estrellas, una imaginaria estela de humo se veía a lo lejos sobre un par de edificios en la zona céntrica de Buenos Aires. Allí se estaba decidiendo el futuro, para nada eclesiástico, del entrenador de la selección de fútbol.

Era el que tenía todo el apoyo, no tanto popular, pero sí del de los máximos poderes que manejan el deporte en nuestro país. Después de lo que parecía ser su último paso por el club de la Ribera, el elegido se reunió con Grondona y Mauricio Macri para delinear su futuro.

Charla mediante y dejando de lado todas las habladurías baratas que tomaron forma desde que se lo empezó a nombre como el sucesor de José, Alfio Basile no puede estar más contento. Su voz ronca se unió a una sonrisa de alegría, ya que el momento que había esperado desde aquel doping positivo de Maradona en EE.UU, había llegado al fin. Y así, el culebrón post Mundial, también.

A partir del 15 de septiembre dejará de ocupar dos cargos al mismo tiempo. Con las primeras 6 fechas del Apertura y la Recopa frente al San Pablo (¿ganará los cinco títulos sobre la misma cantidad que habrá disputado?) como el desenlace de su paso por Boca, el Coco y su ballet buscarán despedirse del club que le dio la revancha como seleccionador de una manera única, a su manera, ganando y gustando.
Luego de estos 47 días volverá a ese viejo amor. Esa selección que se inmortalizó en la mente de todos por los 33 partidos invictos tendrá al mismo técnico, con los mismos objetivos futbolísticos, pero a una persona renovada, llena de esperanza y con la fe rellena por lo vivido en tiempos recientes.

Coco, como diría unos de los artistas más importantes que tuvo el país: “Menú futbolero, con champagne del bueno y Good Show…”

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