jueves, julio 27, 2006

¿QUÉ HA SIDO DE AQUEL GLORIOSO 2004?

El momento del tenis argentino parece ser crítico si se tienen en cuenta los títulos que generó la última camada que el ambiente periodístico denominó como La Legión. Sus integrantes, luego de varios años de éxitos, han mermado en su nivel de juego y hoy viven el peor momento de los últimos años.

Guillermo Coria todavía no pudo recuperarse de la final perdida en Roland Garros 2004 y su tenis se vino en caída libre tocando tierra con esta floja temporada. Gastón Gaudio vive encerrado en su fastidio y su pesimismo permanente. Junto a los dos ex top ten se suman las bajas por doping de Guillermo Cañas (regresará en septiembre) y Mariano Puerta (redujeron su sentencia a dos años), y la regular campaña de Juan Ignacio Chela, Agustín Calleri y Mariano Zabaleta.

Entre los puntos altos se ubican los únicos campeones del país en lo que va del año. David Nalbandian (Estoril) es el máximo exponente mundial, por detrás del poder bipolar que ejercen Roger Federer y Rafa Nadal. Por otra parte, el otro título fue conseguido por José Acasuso, a principio de año, en Viña del Mar. Este es su mejor año, hasta el momento, con un gran debut en Copa Davis contra Suecia y una destacada performance en los torneos de polvo. También es destacable la aparición de jóvenes promesas, como Juan Martín del Potro y Juan Mónaco, que están dando sus primeros pasos en el tenis grande.

Más allá de esta situación, la época dorada que vivía La Legión hace dos años ha tenido un estancamiento marcado. Aquellos primeros siete meses de 2004 colectaron nueve torneos para los argentinos -Cañas (3), Coria (2), Gaudio, Zabaleta, Acasuso y Chela (1)-, entre los cuales se destaca el Roland Garros del Gato. A esta estadística se le suman las siete finales perdidas hasta julio, sin contar otras cuatro que llegaron en los meses siguientes.

La comparación es odiosa pero sirve para reflejar la situación que atraviesa el tenis argentino. Paradójicamente, si la misma semblanza se realizara con el tenis de hace diez años el balance sería altamente positivo. La variedad y el nivel de los jugadores actuales provoca que dos consagraciones y dos finales (Chela en Acapulco y Acasuso en Stuttgart) tengan sabor a poco, cuando tiempo atrás esto era casi impensado.

Otros de los fenómenos que rompen con la lógica aparece en la Copa Davis. Mientras que la Argentina en 2004 se volvía derrotado de Bielorrusia en segunda ronda, en septiembre de este año disputará la semifinal contra Australia en el Parque Roca, con una gran expectativa de conseguir la serie.
El material técnico está latente a pesar de vaivenes circunstanciales. Coria y Gaudio, tarde o temprano, recuperarán algo de su nivel; hay que esperar a ver cómo retornarán Cañas y Puerta, y el progreso que puedan tener Mónaco y Del Potro... ¿Por qué no imaginar la obtención de la Davis como motor impulsor de un nuevo año dorado?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nice idea with this site its better than most of the rubbish I come across.
»