miércoles, agosto 18, 2010

Parada Turquía - La Preparación: ALGO ÚNICO


No podía ser de otra forma. Algo único para un grupo único. Una preparación diferente. La reunión de la Generación Dorada tuvo distintos matices. Tal vez, la más significativa se haya dado un par de meses antes de la concentración que inició en Salta. La renuncia de Manu Ginóbili a participar de Turquía 2010, fue la primera marca. Con el conocimiento de la decisión, por parte de la dirigencia y el staff técnico de la selección, nada cambió. Aunque parezca insólito, este grupo que se forjó más allá de aquel Premundial 2001 en Neuquén, y que ha visto como la cara de varios de sus intérpretes ha cambiado, se ha acostumbrado a no sentir la falta de alguna de sus protagonistas. Sí, aun sin tener al líder deportivo de grandes gestas. Por eso, en parte, son únicos.

De vuelta a juntarse. Otra vez, previo a una cita mundialista, a un torneo importante para el básquet argentino. Claro, desde aquella histórica final ante la ex Yugoslavia en Indianápolis, todo ha sido dorado para esta conjunción de amigos. Mas allá de ganar o no. Alcanzar el primer lugar del mundo FIBA y no bajarse de los cuatro mejores en la misma cantidad de torneos grandes, ha cambiado al mundo de este deporte. Al propio mundo de nuestra selección. Tanto cambio han provocado en la mentalidad argentina, que un estatuto les garantiza los cuidados que merece un conjunto campeón. Buenos hoteles, comida al nivel que la preparación lo amerita y, por supuesto, un lugar de entrenamiento que no carezca de nada. Sin lujos, pero correcto. Algo único, si pensamos las dificultades que algunos de ellos pasaron y que hoy, lo cuentan como una anécdota graciosa que no volverá a repetirse.

Hoy, el equipo disfruta de horas libres en Madrid, previo viaje a la tierra del mundial. Después de haber disputado el torneo amistoso en Logroño, la relajación podría ser el calificativo que mejor describa la situación del equipo. Es que han sido días duros. Tremendos, si analizamos el caudal de lesiones que han tenido los jugadores. Como nunca antes, las dolencias se llevaron el rol protagónico en Salta y en la ciudad española. Cansado está el médico Diego Grippo, más que los propios jugadores. La valija de los medicamentos ha bajado considerablemente, según él mismo pronunció. Con la pérdida de dos bases que, cada uno en diferente momento de la previa, era el suplente natural en el puesto para Turquía, Argentina ha dado una imagen de shock room de hospital, al mejor estilo de las series americanas. Los dos Juan Pablo, Figueroa y Cantero, se quedaron afuera. Sin olvidar la enorme preocupación que generó el esguince de Nocioni. Sólo el enorme espíritu de Chapu, para mezclar los trabajos en el agua, la implementación del ya famoso GameReady y sabe sólo él que cosas más, derivaron en una casi confirmada recuperación para los últimos amistosos en Ankara. ¿Paso el parte? Oberto, sobrecarga muscular; Pancho Jansen, molestia en el aductor; Román González y otra torcedura de tobillo y, lo más tibio, las anginas que sufrió Quinteros. La versión argentina de E.R.


Algo que también cambio, pero para bien, fue el nivel que mostró el equipo en los amistosos. Sobre todo frente a España y Brasil, en el triangular que se jugó en Plaza de Toros La Ribera, a orillas del río Ebro, un espejo mágico. Allí, al aire libre, Sergio Hernández se dio cuenta de algo. ¿Único? Diferente a las anteriores preparaciones que le tocó dirigir. Con sus cinco años en el cargo, el coach vio frente al campeón del mundo y el clásico sudamericano, un equipo fino. En ataque, los sistemas se vieron en plenitud, y en la defensa, la imagen fue positiva. En un juego que se desnaturalizó por los errores de los árbitros, contra España se estuvo cerca de vencer en rodeo ajeno. Ya con Brasil, el equipo mostró una gran versión: sólido en los rebotes, con pocas pérdidas y una buena efectividad de cancha. Sin dudas, aún con las ausencias de Nocioni y Oberto (dos titulares en el Mundial si se recuperan al 100%), verlo a Delfino en el nivel que mostró, deja tranquilo a todos. Carlitos está maduro, conciente del rol que le toca ocupar en esta selección. Sabe que tendrá muchas pelotas en su mano. ¿Y lo mejor? Está contento con eso. Pero cuidado, porque el santafesino no está sólo: Scola y Prigioni están como en sus épocas del Tau. Se conocen a la perfección y son letales sus jugadas de pick and roll. El juego, un contraste positivo ante tanto parte médico.

Todavía falta camino por recorrer, a 10 días de la apertura. Si bien en pocas horas la selección pisará el país sede el mundial, en Ankara jugará los últimos tres amistosos previos al debút frente a Alemania. Sin dudas, con algo único: poder contar con los 12 jugadores disponibles, sin molestias y para terminar de cerrar el trabajo con el último que falta, Luis Cequeira. Junior, el base que decidió Oveja para reemplazar a Cantero, vivirá algo único. Como lo hizo el grupo en esta preparación…

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