jueves, marzo 27, 2008

EL ÚLTIMO QUE APAGUE LA LUZ...

Como dice una frase impuesta hace no muchos años, la pelota se manchó. Pero esta vez, fue la naranja. En la liga de los campeones olímpicos, la misma que lucha año a año para evolucionar y no involucionar, se vio un hecho que nunca antes. La palabra suspicacia rodeó el final de la fase regular en la definición por evitar el descenso. Se cortó la iluminación pero se encendió la luz roja de la alarma.

Cuando se esperaba que la emoción rodeara las ciudades de Neuquén y Belgrano, ya que después de la anteúltima jornada se vieron partidos duros, jugados con el corazón y el orgullo, todo se esfumó por un hecho que, sin dudas, ha marcado a la LNB para siempre. ¿Por qué? Es muy simple. Nunca antes el básquet argentino en su máxima categoría, recuerda un desenlace con tantas dudas, inquietudes y situaciones bochornosas. ¿Quién tiene la culpa? Será difícil de descifrar, pero lo más relevante en estos momentos es que el alma de una competición históricamente pura, sufrió una lesión. Y una muy grave.

Parecía que se salvarían Belgrano y Estudiantes... Los nicoleños ya le habían ganado nuevamente a Central Entrerriano y lo habían mandado al TNA. Sólo necesitaban que Estudiantes de Bahía, que había llegado a ganar por 18 puntos, mantuviera en Neuquén una ventaja de 12 a 4m27 del final... Pero todo cambió de repente. Una sorpresiva baja de tensión (la dirigencia roja fue la apuntada) hizo que el partido se detuviera durante 15 minutos y eso claramente benefició al local... Permitió conocer el final del partido en Rafaela y con la victoria de Ben Hur consumada, y con los bahienses ya salvados del descenso, el técnico Richotti dispuso el ingreso de los suplentes mientras todos festejaban... Independiente lo dio vuelta en suplementario y se encendió la polémica. En San Nicolás se enteraron de la mala noticia. En Neuquén, ambas hinchadas festejaron juntas que, en el triple empate, el que perdió fue Belgrano.

¿Hacía falta provocar una definición como esta? Muchos dirán que no fue un arreglo. Que la luz se cortó por problemas energéticos (ya había ocurrido ante Ben Hur), que el técnico de los de Bahía puso a los juveniles para darles la oportunidad de terminar la temporada en la cancha. Pero el nubarrón que se estacionó sobre la liga va a ser difícil que se vaya.

Ahora llegó el tiempo de que la Asociación de Clubes actúe. En el aspecto deportivo, es casi imposible que haya modificación en el resultado final y a su vez, en el descenso consumado de los nicoleños. Ahora bien, con Eduardo Bazzi a la cabeza, la AdC deberá investigar los hechos ocurridos en la provincia del sur del país. Esto no debe quedar sólo en malos recuerdos, porque sino, si llegase a producirse una situación similar en futuras temporadas, el aspecto dirigencial se vería seriamente afectado.

Da lástima tener que cerrar una fase regular que fue de las mejores en los últimos tiempos por la lucha en los primeros puestos y por la lucha, hasta el final, de todos los equipos por conseguir una mejor ubicación o por no bajar de categoría. El súper invicto de Libertad en la casa de los Tigres, el regreso de un campeón olímpico como Gaby Fernández a Boca, el juego de Peñarol y Regatas, la aparición de la vedette de Monte Hermoso (El Nacional), quedaron para la historia. Se apagó la luz para la temporada regular, pero se prendió la alarma…

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