miércoles, octubre 25, 2006

Pellerano, un Apellido de Selección

APERTURA 06: CAPITULO 12
Papá no puede estar más contento. Es así. Que mejor que ver a sus hijos tan próximos a una llamada de parte de lo que anhela todo futbolista. Una de esas frases que circulan por la vida en todo momento y lugar dice que cuando uno consigue las cosas que desea, luego de haberla luchado desde abajo, se disfruta más que nada. Y ellos dos van camino a serlo. Vestirse con la celeste y blanca, está cada vez, más cerca…

Hermanos de sangre pero rivales barriales por la camiseta, los Pellerano son el estandarte de una nueva generación futbolera. Una etapa diferente, que demuestra que no es necesario ser central o volante de un River o Boca para llamar la atención de todos. Si no que, de la mano del trabajo duro, paso a paso, sufriendo traspiés en el desarrollo de inferiores en otras instituciones, su alma y su corazón fueron preparándose para llegar a Su momento.

El 5 de Nueva Chicago. El que sobrevivió su pasar por el ascenso (su última excursión fue por Defensores de Belgrano antes de llegar al Torito), justo en la segunda categoría llegó a Mataderos para quedarse. Y para ser el presidente de la República dentro de la cancha. Con cuatro goles en el torneo, los últimos dos para vencer a San Lorenzo y quebrar una racha de cinco partidos sin triunfos (3 derrotas y 2 empates), Cristian Pellerano no sólo marca en el medio del equipo, famoso por su hinchada ultra seguidora. Además, ha conseguido una continuidad en el juego, una distribución digna de un repartidor de diarios y sobre todo, la posibilidad de ser parte vital en el Chicago Made in Motta, que intenta mostrar cada vez que juega, que para mantenerse en Primera, no hace falta aguantar y dejar de lado la riqueza de los futbolistas.

El más grande de los hermanos está aprovechando su oportunidad. Las miradas de todos están sobre sus espaldas. Los llamados equipos grandes, algunos del exterior y esos que, seguramente, no creían en él cuando se defendía en los potreros, saben que por Mataderos hay por quien apostar.

El 15 de Vélez Sarsfield. Al que le dijeron no en las divisiones menores del Rojo de Avellaneda. El que debutó en el club de Liniers en 2003, en la derrota en Santa Fe. Respaldado por el técnico Miguel Russo, Hernán Pellerano se ha afirmado como uno de los mejores marcadores centrales del fútbol argentino. Sólido por arriba, con clase para salir con la cabeza levantada desde el fondo, el Emanuel Ginóbili del Fortín (no se puede creer su parecido con Manu) provoco con creces la confianza de todo un equipo que se encuentra en franco ascenso, sobretodo luego de la victoria ante Independiente. Un llamado joven viejo, ya que su solvencia y su carácter lo convierten en uno de los máximos exponentes a la incesante búsqueda de la generación post Ratón Ayala.

El ya aprovechó las oportunidades que le dieron en su club. Fue una de las posibles ventas que se plantearon los dirigentes, pero cuando le consultaron a su DT, puso el grito en el cielo: “Vendan a cualquiera, pero a Pelle no eh”, se escuchó por la Villa Olímpica. Todos lo saben, las cuencas velezanas tienen un diamante en bruto. Y en verdad que lo es.

La llegada del Coco y su ballet le dieron vida a los jugadores olvidados del torneo local. Una lista anda dando vueltas por Ezeiza. Según dicen los entendidos en la materia celeste y blanca, además de los Gago, los Belluschi y demás, hay un apellido que se repite. Y no es por un error de impresión del Panadero Díaz, ni porque a Ribolzi se le traspapeló una anotación. Es porque todos saben que tarde o temprano, el apellido Pellerano es sinónimo de Selección.
Lo que dejó el resto… Parece ya una de esas repeticiones tediosas que muestran una y otra vez en el cable, pero la violencia no se va de nuestras canchas. Y si bien el sábado del ascenso estuvo llenó de detenidos, peleas y heridos, el Cilindro sólo tuvo por la mañana la visita esperada del sol. Vacío de palmo a palmo, como la resolución del juez Calvente y la desición de la seguridad de la provincia, así quedó el clásico postergado entre Racing y Boca. Con todo esto, el Millonario fue eficiente e hizo su negocio: triunfo fácil ante un tibio (casi frío) Central y la punta del campeonato, por lo menos hasta esperar los 135 minutos que le faltan jugar al Xeneize. En Sarandí se daba el duelo de los técnicos del fututo ¿recuerdan? Alfaro le ganó la batalla a Falcioni y el Arse esta cada vez más arriba en la tabla. Mientras Newell´s y el Taladro aburrían a todos, el Operativo Cholo confirmaba lo demostrado en el 7-0 histórico, terrible actuación de Pavone (llegó a los 7) y el Pincha se relame. En el duelo pensando a futuro, Argentinos lo dio vuelta en el ST ante Belgrano y Quilmes (sí, festejemos todos. Color Esperanza, pudo ganar al fin) lo recibió con una fiesta cervecera a su ex técnico Gómez. Y cerraron el domingo Lanús y el Lobo mal herido, que después de la peor semana del año, se llevó un regalito y esbozó una leve sonrisa.

En el Torneo de los asteriscos, el próximo capítulo, tiene que ser mejor ¿no?

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