El conjunto de la Ribera se consagró, por tercera vez consecutiva, en el Sudamericano de Clubes Campeones disputado en Venezuela. El gran plantel que se conformó esta temporada está encontrando su juego y definió su título con la victoria frente al local Guerreros.
Legaria, Spillers, Oroná, Gutiérrez, Leiva, Borrell, Cequeira… apellidos que en cualquier equipo de la Liga Nacional de Básquetbol serían de suma importancia. En este caso Boca los tiene... ¡y todos juntos! Por lo que el Tola Cadillac tiene el “problemita” de tener que elegir entre tantos buenos jugadores. El inconveniente radicaba en formar un conjunto compacto entre tanta renovación de nombres. Los dos títulos conseguidos en las últimas semanas demuestran que el rumbo esta bien tomado.
Boca consiguió un nuevo torneo de manera invicta (además del Sudamericano de Clubes Campeones, había obtenido, hace un mes, la Copa Argentina). Esta vez demostrando gran superioridad y sólo teniendo un partido con resultado estrecho frente a Universo, de Brasil (76-74 en la 2º jornada). Incluso venció a Gimnasia, de Concepción del Uruguay, que terminó en al cuarta ubicación, por 13 (91-78) y definió el torneo ante su inmediato perseguidor, Guerreros, de Venezuela, con un contundente 97 a 85.
Pero la clave radica en las individualidades. Boca no sólo tiene buenos titulares, tiene también alternativas en el banco con mucha jerarquía. Leonardo Gutiérrez y Martín Leiva dominan en la pintura y demuestran gran ductilidad a pesar de su contextura. Este último se destacó en el torneo en la toma de rebotes y en el posteo. Además, la variante en el juego interno Cadillac la encuentra en el cubano Lázaro Borrell que, por ejemplo, en el último partido convirtió más que los dos titulares (18 contra 16 de Gutiérrez y 4 de Leiva).
Desde atrás del perímetro llegan el ex campeón con Ben Hur, Raymundo Legaria, acompañado por Gustavo Oroná, Matías Fioretti, Luis Cequeira y el plus que produjo el norteamericano Maurice Spillers (goleador con 32 puntos frente a Guerreros) desde su llegada de hace unas semanas. El envión de victorias xeneixes, luego de un comienzo titubeante en la Liga Nacional coincidió con la llegada del extranjero. Casualidad o causalidad, en concreto, Boca está formando por el todo, en lugar de la suma de las partes.
En cuanto a los números, este es el cuarto tricampeón del torneo y el primero argentino. Ya lo habían conseguido Sirio (temporada 70´, 71´, 72´), Amazonas (74´,75´,77´), ambos de Brasil, y Delfines, de Venezuela (2001,02´,03´). Además, alcanzó a Ferrocarril Oeste en cantidad de títulos, ya que los de Caballito lo habían logrado en el 81´, 82´ y 87´.
Ahora Boca tendrá que recuperar los partidos que adeuda por el torneo local. Por este motivo, tendrá una seguidilla de 8 partidos en 17 días (del 27/10 al 12/11) para ponerse al día luego de su estadía en Barquisimeto. Será la hora de utilizar aún más la rotación de sus jugadores y Boca, a priori, es el más capacitado para hacerlo efectivo. Quizás, incluso le sirva para sumar ritmo de competencia y tomar impulso para la obtención de un nuevo campeonato, que coronaría una temporada más que exitosa.
Legaria, Spillers, Oroná, Gutiérrez, Leiva, Borrell, Cequeira… apellidos que en cualquier equipo de la Liga Nacional de Básquetbol serían de suma importancia. En este caso Boca los tiene... ¡y todos juntos! Por lo que el Tola Cadillac tiene el “problemita” de tener que elegir entre tantos buenos jugadores. El inconveniente radicaba en formar un conjunto compacto entre tanta renovación de nombres. Los dos títulos conseguidos en las últimas semanas demuestran que el rumbo esta bien tomado.
Boca consiguió un nuevo torneo de manera invicta (además del Sudamericano de Clubes Campeones, había obtenido, hace un mes, la Copa Argentina). Esta vez demostrando gran superioridad y sólo teniendo un partido con resultado estrecho frente a Universo, de Brasil (76-74 en la 2º jornada). Incluso venció a Gimnasia, de Concepción del Uruguay, que terminó en al cuarta ubicación, por 13 (91-78) y definió el torneo ante su inmediato perseguidor, Guerreros, de Venezuela, con un contundente 97 a 85.
Pero la clave radica en las individualidades. Boca no sólo tiene buenos titulares, tiene también alternativas en el banco con mucha jerarquía. Leonardo Gutiérrez y Martín Leiva dominan en la pintura y demuestran gran ductilidad a pesar de su contextura. Este último se destacó en el torneo en la toma de rebotes y en el posteo. Además, la variante en el juego interno Cadillac la encuentra en el cubano Lázaro Borrell que, por ejemplo, en el último partido convirtió más que los dos titulares (18 contra 16 de Gutiérrez y 4 de Leiva).
Desde atrás del perímetro llegan el ex campeón con Ben Hur, Raymundo Legaria, acompañado por Gustavo Oroná, Matías Fioretti, Luis Cequeira y el plus que produjo el norteamericano Maurice Spillers (goleador con 32 puntos frente a Guerreros) desde su llegada de hace unas semanas. El envión de victorias xeneixes, luego de un comienzo titubeante en la Liga Nacional coincidió con la llegada del extranjero. Casualidad o causalidad, en concreto, Boca está formando por el todo, en lugar de la suma de las partes.
En cuanto a los números, este es el cuarto tricampeón del torneo y el primero argentino. Ya lo habían conseguido Sirio (temporada 70´, 71´, 72´), Amazonas (74´,75´,77´), ambos de Brasil, y Delfines, de Venezuela (2001,02´,03´). Además, alcanzó a Ferrocarril Oeste en cantidad de títulos, ya que los de Caballito lo habían logrado en el 81´, 82´ y 87´.
Ahora Boca tendrá que recuperar los partidos que adeuda por el torneo local. Por este motivo, tendrá una seguidilla de 8 partidos en 17 días (del 27/10 al 12/11) para ponerse al día luego de su estadía en Barquisimeto. Será la hora de utilizar aún más la rotación de sus jugadores y Boca, a priori, es el más capacitado para hacerlo efectivo. Quizás, incluso le sirva para sumar ritmo de competencia y tomar impulso para la obtención de un nuevo campeonato, que coronaría una temporada más que exitosa.
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