¡Que glamour, Termas! Ese toque distinguido, esas palmeras al mejor estilo Miami Beach. Miles y miles de personas, expectante por la apertura de la temporada en Río Hondo, deliraron con el sonido de los motores. Como había sucedido el año pasado, la mujer de los almuerzos se hizo presente para disfrutar del Turismo Carretera. Un orgullo argentino. Historia viva de nuestro país. ¿El TC? Sí, pero también Mirtha. Esa señora, que tiene más de 30 Martín Fierro, que hace más de 40 temporadas acompaña la mesa de los argentinos cada mediodía, da suerte. “Señora, este programa trae suerte”, dice cada día, de lunes a viernes, previo a sentarse en su mesa. Pero del otro lado, ustedes pensarán, ¿Qué tiene que ver este mito de un show televisivo con una carrera de autos? La verdad que mucho. En un ambiente plagado de cabuleros, tener a ese amuleto a mano, da otro clima. ¡Que clima, Legrand!
Esta fecha, la 5º del 2010, era clave. Si bien para la dirigencia de la ACTC no era viable ningún cambio a realizar en el reglamento, las continuas quejas de los pilotos de Chevrolet, provocaron un malestar en Aventín y sus seguidores. Para muchos, era el circuito para que la marca del moño pegue el salto contra los Ford. En un trazado donde a priori debían funcionar bien los Dodge (Castellano era uno de los grandes favoritos para todos) y los potentes motores de los Falcon, la Chevy estuvo siempre al frente, desde el viernes. Tanto Mariano Altuna como Matías Rossi, de principio a fin, fueron los dominadores del fin de semana. ¿La suerte cambió de manos? En la pista y en el campeonato. Pegó un volantazo en términos fierreros.
¡Que definición! Vibrante y apasionante, fueron las últimas cuatro vueltas de la final. ¿Y adivinen quienes fueron los protagonistas? Una vez más y por quincuagésima vez en la historia de la categoría, un mano a mano entre Ford y Chevrolet. Se dieron sólo ese lugar para no golpearse. Se dieron con todo para deleitar a los hinchas que siguieron el recorrido de los metros finales con la radio pegada a la oreja. Roja les quedó de no sacársela. Tanto como las palmas de sus manos al aplaudir en la vuelta final. Diego Aventín vs. Matías Rossi. Dos grandes luchadores de las pistas, con códigos pero que nunca resignan pelear con lo que sus autos les ofrecen. El Pumita se le puso varias veces a la par en las curvas de este prolijo circuito santiagueño, pero el Granadero de Del Viso no quiso saber nada. Aunque los espejos se le llenaban con los colores del Falcon de Aventín, quien supo ser subcampeón en 2007, tuvo el amparo de los dioses de la fortuna.
¿La Chiqui habrá rozado al Nº 13 de Matías? Tampoco busquemos relacionar esta victoria de Chevrolet con algún caso de actividad paranormal. Pero la racha se cortó. Para Rossi y para los amantes de la marca. Con ese número, negado por muchos a la hora del comienzo de una nueva temporada si es que en el torneo anterior les tocó la mala suerte de quedarse con él, el Chivo sintió que por primera vez en el año ganaba contra todo. Al apriete de un Ford, se le sumó que cuando le llevaba una diferencia considerable en la punta a Mariano Werner, Ledesma se fue de pista (en el 8º giro) y el auto de seguridad volvió todo a foja cero. ¿Algo más podía suceder? Obvio. Uno de los neumáticos traseros complicaba el aguante. El auto perdía aceite y caía sobre la goma. Condiciones alternas que hicieron mostrar la capacidad de defensa legal del 13… Tanto soportó que tuvo su premio. Merecido después de perderse la segunda fecha en Balcarce por paperas. ¿Cambió la suerte? Alcanzó su quinto triunfo en el TC, cuando hacía casi 13 meses que no veía primero la bandera a cuadros (Abril de 2009 en Río Cuarto) Con el 13…
En un show donde Ponce de León se subió al tercer lugar del podio para convertirse en nuevo líder del campeonato; y tres campeones pasaron más de 25 autos de promedio cada uno corriendo desde atrás (Ortelli, Fontana y el actual Moriatis), la visita del TC por las anchas curvas y rectas de Termas, fue glamorosa. Y claro, con la Chiqui Legrand en las tribunas, que más podíamos esperar…
Fotos: ACTC
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