lunes, mayo 24, 2010

Boxeo - Supercampeón: LUNA DE NARVÁEZ

Fue otra noche especial la del Luna. Este Luna Park, ya cansado pero no harto de recibir, una y otra velada del mejor boxeo internacional y con presencia argentina. Y como ha ocurrido en los últimos tiempos, el abanderado celeste y blanco fue, una vez más, Omar Narváez. El Huracán, este enorme y gigantesco campeón que tiene la Argentina.


El final del combate, echado en andas por su rincón para mostrar la cara de la victoria, lo decía todo. Era un marco de la lucha que había sufrido el chubutense, marcas producto de un rival que buscó sacar del juego al supercampeón mosca de la Organización Mundial de Boxeo. El nicaragüense Everth Briceño, con poco bagaje pugilístico, casi sin ideas arriba del ring salvo poner el cuerpo, ensuciar el combate, sufrió la rigurosidad técnico-táctica del argentino. Es que el chubutense se sintió cómodo en esta nueva categoría. Se lo vio suelto al no tener que exigirse para dar el peso y, lo que dejó como la mejor noticia post enfrentamiento fue que no sintió dolor en su maltrecha mano izquierda. Si bien no conectó buenas combinaciones en ataque, cuando lo hizo, perturbó a Briceño.

Con sus 35 años y este nuevo título de bicampeón, logró que sólo algunos ilustres pugilistas como Santos Falucho Laciar y Carlos Salazar, en sus tiempos o, de Sergio Maravilla Martínez, en la actualidad pudieron alcanzar, un nuevo espectro en el paraíso de los puños se le viene a Huracán. Junto a su manager, Osvaldo Rivero, llegó la hora de decidir con que cinturón se quedarán y, lo que es más relevante a su edad, buscar peleas donde las bolsas aseguren el futuro del argentino. Ya lo dijo el propio Rivero: “Nadie quiere enfrentarse con Omar”. Un plan estratégico será clave para seguir en la búsqueda de la gloria deportiva. El presente boxístico lo invitará a un próximo desafío unificatorio en los supermoscas o, según la elección, a volver el tiempo atrás y regresar a los moscas para estar frente a frente en un cuadrilátero con el mexicano Jesús Jiménez, su retador oficial, en una pelea que alto voltaje.

Esos cabezazos de su rival, no lo inquietaron. Ganó todos los rounds con justeza, pero ganó en fallo unánime. Con simpleza y sin el brillo de otras noches históricas. Pero venció. Una palabra que no falta en el manual de este zurdo de Trelew. Una vez más, una noche pletórica en el Luna. Una vez más fue el Luna de Narváez…

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