lunes, octubre 22, 2007

SE LLEVARON MUCHO MÁS QUE EL BRONCE


De principio a fin. Desde el partido inaugural hasta el encuentro por el tercer puesto. Desde la defensa hasta el ataque. A pesar de las excelentes individualidades, todo funcionó como grupo. La confianza fue el mejor aliado de cada jugador. El inicio de un futuro histórico dentro de los mejores.

Los Pumas, en la definición por el tercer puesto ante Francia, el local, presentarían muchos aspectos más allá del gran juego que mostraron. Desde la despedida de históricos como Mario Ledesma, Nicolás Fernández Miranda, Gonzalo Longo y Agustín Pichot, capitán y hombre récord con 14 partidos jugados en mundiales, hasta la presentación del futuro, de los que seguirán.

Todo fue lágrimas: la semana complicada luego de la derrota ante Sudáfrica, el himno en el Parque de los Príncipes y el final del encuentro que Argentina le ganó a Francia 34-10. Sonrisas, abrazos, despedida. Todo en una noche muy fría en París.

Los récords aparecieron. Argentina, en los minutos finales, superaba la máxima cantidad de puntos anotados a Francia: de 33 a 34, y también la distancia en el marcador de 12 puntos a 24.

A la vez, Felipe Contepomi (quién marcó dos de los cinco tries en este encuentro) y Juan Martín Hernández están nominados entre los cinco más destacados del mundial, y Rodrigo Roncero ya es considerado como el mejor wing del mundo.

En la noche del viernes francés, Los Pumas demostraron buen juego, corazón, juego colectivo. La mística que hay entre ellos y el cuerpo técnico liderado por Marcelo Loffreda, las ganas de avanzar, que la IRB los reconozca para así poder jugar un torneo de importancia mundial como el Tri Nations. Todo se resumió en 80 minutos inolvidables, históricos.

Las virtudes sobraron: defendieron casi a la perfección su in goal y aprovecharon cada una de las posibilidades que los franceses, con un juego de contraataque, les dejaban frente a sus palos. Las corridas, los tackles (de nuevo funcionaron muy bien), las patadas y la gran defensa argentina fueron claves.

Las penas quedaron atrás, el futuro brillante es verdadero. Sólo falta más reconocimiento internacional para un equipo que trabaja sólo con la cuarta parte de presupuesto que los europeos pueda continuar con su evolución. Nada mejor que lo hecho en este Mundial para demostrar que todo lo que hacen tiene un objetivo. Los Pumas son de oro.

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