Los Pumas le ganaron de manera contundente a los locales y de esta forma obtuvieron la medalla de bronce en un mundial histórico para el equipo dirigido por Marcelo Loffreda y capitaneado por Agustín Pichot.
Ambos equipos llegaban golpeados. Argentina había perdido su pase a la final con Sudáfrica y Francia, de manera sorpresiva, con Inglaterra. Para los sudamericanos cinco cambios, para los europeos nueve. La revancha era para Francia, la consagración para Argentina.
Durante el desarrollo del primer tiempo, y más que nada en su inicio, Francia mostró un buen juego y dominó a Los Pumas. La defensa francesa, similar a la sudafricana, se presentó con cinco hombres en el fondo para tratar de contragolpear con las manos. Esto complicó mucho a los argentinos que sufrieron los primeros ataques por el centro. Allí llegó el primer penal para Francia, que le permitió ponerse 3-0 arriba a los 17 minutos.
Con una posesión muy baja (37%) pero con una defensa ordenada, Argentina empezó a ganar más pelotas y a usar los laterales, ya que los europeos estaban muy cerrados en el campo. Desde allí Los Pumas comenzaron a levantar desde Agustín Pichot (elegido mejor jugador del partido). Así llegaron a la igualdad en tres gracias al penal convertido por Felipe Contepomi.
Francia jugaba rápido, Argentina quería un juego más lento. De esta forma, a los 27 minutos y con una gran jugada colectiva, Felipe Contepomi anotó el primer try del encuentro y la conversión. Argentina estaba 10-3 al frente.
Los Pumas seguían encendidos. A los 30, un drop en el palo de Juan Martín Hernández rebotó y quedó en manos de Omar Hasan que anotó debajo de los postes. Con la conversión de Contepomi Argentina quedó 17-3.
Los últimos cinco minutos del primer tiempo fueron para Francia. Penal tras penal muy cerca del in goal que defendían Los Pumas. Ataques, scrums, tarjeta amarilla para Rimas Alvarez. Todo hizo Francia para descontar, pero la defensa argentina se plantó y evitó que descontaran.
El segundo tiempo quedará en la historia del rugby mundial. Buen juego, pocos errores, pases increíbles y muchos tries. Argentina salió a cerrar el partido, Francia a tratar de sumar puntos.
Ambos equipos llegaban golpeados. Argentina había perdido su pase a la final con Sudáfrica y Francia, de manera sorpresiva, con Inglaterra. Para los sudamericanos cinco cambios, para los europeos nueve. La revancha era para Francia, la consagración para Argentina.
Durante el desarrollo del primer tiempo, y más que nada en su inicio, Francia mostró un buen juego y dominó a Los Pumas. La defensa francesa, similar a la sudafricana, se presentó con cinco hombres en el fondo para tratar de contragolpear con las manos. Esto complicó mucho a los argentinos que sufrieron los primeros ataques por el centro. Allí llegó el primer penal para Francia, que le permitió ponerse 3-0 arriba a los 17 minutos.
Con una posesión muy baja (37%) pero con una defensa ordenada, Argentina empezó a ganar más pelotas y a usar los laterales, ya que los europeos estaban muy cerrados en el campo. Desde allí Los Pumas comenzaron a levantar desde Agustín Pichot (elegido mejor jugador del partido). Así llegaron a la igualdad en tres gracias al penal convertido por Felipe Contepomi.
Francia jugaba rápido, Argentina quería un juego más lento. De esta forma, a los 27 minutos y con una gran jugada colectiva, Felipe Contepomi anotó el primer try del encuentro y la conversión. Argentina estaba 10-3 al frente.
Los Pumas seguían encendidos. A los 30, un drop en el palo de Juan Martín Hernández rebotó y quedó en manos de Omar Hasan que anotó debajo de los postes. Con la conversión de Contepomi Argentina quedó 17-3.
Los últimos cinco minutos del primer tiempo fueron para Francia. Penal tras penal muy cerca del in goal que defendían Los Pumas. Ataques, scrums, tarjeta amarilla para Rimas Alvarez. Todo hizo Francia para descontar, pero la defensa argentina se plantó y evitó que descontaran.
El segundo tiempo quedará en la historia del rugby mundial. Buen juego, pocos errores, pases increíbles y muchos tries. Argentina salió a cerrar el partido, Francia a tratar de sumar puntos.
Cuando ya iban 10 minutos del complemento, y el partido se había enfriado, apareció Ignacio Corleto, que pasó a cuatro defensores franceses y habilitó a Federico Martín Aramburú para que Argentina lograra el tercer try de la noche francesa. Los Pumas estaban 22-3 y todavía tenía resto para más.
Los Pumas seguían imparables. Esta vez, con cuando faltaban 15 para el final, una corrida excelente de Horacio Agulla posibilitó que Corleto anotara el cuarto try del partido y así dejar a los sudamericanos 27-3. Llegó el try de Francia, pero nada cambió el curso del partido.
Los cambios realizados por Marcelo Loffreda no cambiaron la dinámica del equipo, los hechos por Francia tampoco. Una gran jugada grupal que culminó en una patada de Hernández y en el nuevo try marcado por Felipe Contepomi daba una ventaja de 34-10.
De Francia no quedó más que un equipo desdibujado, desmotivado y con un plantel de individualidades. De Argentina quedó la alegría de cerrar de la mejor manera este mundial histórico, donde dejaron todo. Se viene un futuro increíble en el rugby argentino. Lo mejor está por llegar.
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