A pocas horas del inicio del partido entre Los Pumas y Escocia por uno de los cuartos de final del Mundial de Francia, el panorama del equipo argentino está plagado de diversas sensaciones para enfrentar a un histórico que dio sorpresas.
Qué la historia no va a repercutir en este encuentro, qué Argentina está ante un hecho histórico, qué Escocia clasificó a cuartos de casualidad, qué el público apoyará a los europeos, qué Los Pumas quieren estar entre los cuatro mejores. Lo cierto es que Argentina tiene una oportunidad única de estar es semifinales del Mundial de Francia y por nada la va a desaprovechar.
El enfrentamiento entre Argentina y Escocia es ajeno a todo lo que hasta ahora ocurrió en este Mundial. ¿Motivos? Por un lado Argentina llega de clasificar primera dentro del “grupo de la muerte”, algo sorpresivo para algunos y esperado para otros. Por el otro, Escocia derrotó a los italianos, quienes erraron el tiro final que los hubiese llevado a ellos a la siguiente rueda.
Cada equipo entrena a su manera, aunque tengan un estilo de juego con muchas similitudes. La clave de Escocia es su defensa. Sí, justamente lo mejor que tienen los argentinos, lo que funciona de la manera más óptima: tackles y reposición de forma continua. A la vez, a Los Pumas les conviene que se les plantee un juego cerrado sin hacerlos correr hacia los laterales. Esa será la mejor manera de neutralizar los ataques de los europeos.
Además, deberán funcionar a la perfección los lines y los scrums argentinos. También habrá que aprovechar cada situación de penal con posibilidades de tirar a los palos, de drops y también cometer la menor cantidad de infracciones posibles, ya que el pateador escocés, Chris Paterson, tiene un 100% de efectividad en este Torneo.
Se sabe que de este partido uno sólo seguirá en camino, y si bien es importante anotar tries, es fundamental sumar puntos en el primer tiempo y controlar el partido en el complemento, algo similar a lo que sucedió ante Irlanda.
Esta camada de Pumas quiere escribir su propia historia en mundiales. Saben que son capaces a pesar de quién le toque enfrente y que darán más de lo que pueden para ganar y llegar a semifinales. El equipo está. El azar casi no existe, porque estos Pumas ganan por convicción, por garra además de demostrar a los más negativos que esto no es una casualidad sino una consagración a todo el esfuerzo, tiempo, sufrimiento y lágrimas dedicadas para llegar a lo más alto.
El enfrentamiento entre Argentina y Escocia es ajeno a todo lo que hasta ahora ocurrió en este Mundial. ¿Motivos? Por un lado Argentina llega de clasificar primera dentro del “grupo de la muerte”, algo sorpresivo para algunos y esperado para otros. Por el otro, Escocia derrotó a los italianos, quienes erraron el tiro final que los hubiese llevado a ellos a la siguiente rueda.
Cada equipo entrena a su manera, aunque tengan un estilo de juego con muchas similitudes. La clave de Escocia es su defensa. Sí, justamente lo mejor que tienen los argentinos, lo que funciona de la manera más óptima: tackles y reposición de forma continua. A la vez, a Los Pumas les conviene que se les plantee un juego cerrado sin hacerlos correr hacia los laterales. Esa será la mejor manera de neutralizar los ataques de los europeos.
Además, deberán funcionar a la perfección los lines y los scrums argentinos. También habrá que aprovechar cada situación de penal con posibilidades de tirar a los palos, de drops y también cometer la menor cantidad de infracciones posibles, ya que el pateador escocés, Chris Paterson, tiene un 100% de efectividad en este Torneo.
Se sabe que de este partido uno sólo seguirá en camino, y si bien es importante anotar tries, es fundamental sumar puntos en el primer tiempo y controlar el partido en el complemento, algo similar a lo que sucedió ante Irlanda.
Esta camada de Pumas quiere escribir su propia historia en mundiales. Saben que son capaces a pesar de quién le toque enfrente y que darán más de lo que pueden para ganar y llegar a semifinales. El equipo está. El azar casi no existe, porque estos Pumas ganan por convicción, por garra además de demostrar a los más negativos que esto no es una casualidad sino una consagración a todo el esfuerzo, tiempo, sufrimiento y lágrimas dedicadas para llegar a lo más alto.
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