martes, julio 17, 2007

Otra vez, lo peor en el Final


Todavía resuena el golpe en el corazón de la patria. Y en el de los jugadores. Y en el de Basile. Otra vez una final perdida. Otra vez ante el enemigo íntimo. Como sucede desde 1995, los partidos decisivos, los cotejos clave, son para los penta campeones del mundo. Pero cuando parecía que la historia no se volvería a repetir, lo impensado para muchos, pasó. Y así pasó esta Copa América, una oportunidad ineludible para cortar la racha nefasta de 14 años sin títulos en la selección mayor. Si bien el juego volvió a ilusionar a la gente, la puso delante del televisor o con el oído pegado a la radio como hace mucho no se sentía, una parte quedó en deuda, pero hay otra que promete.

La propuesta del Coco fue estupenda desde lo ideológico. Potenciar el juego de la próxima estrella del fútbol mundial, Lio Messi, dándole esa ayuda paternal desde lo futbolero. Estableció, luego del gran semestre que tuvo Riquelme en Boca, el regreso de uno de los pocos estrategas que le quedan al mundo de la pelota. Y se animó a juntar a Tevez, Crespo, Verón, Cambiasso; en una fórmula contra las vanidades propias y ajenas dentro y fuera del plantel, sucumbió al estirpe nacional por excelencia: la familia, invitándola a participar de lo que se creía la vuelta al triunfo.

Dentro del rectángulo de juego, el equipo demostró (de a ratos) que es posible que la suma de las partes sea más fuerte que el individualismo. Por supuesto que con la derrota final es más fácil decir que, justo en la definición, no aparecieron los que llevaron a la selección nacional a ser el mejor equipo del torneo (16 goles y algunos de gran factura), aunque se haya perdido la final sin atenuantes.

Desde las trepadas de Zanetti por la derecha, pasando por la confirmación de que Mascherano es y será el 5 del equipo por mucho tiempo, hasta llegar al trío de ataque, con Román haciendo de armador y deleitándonos con sus pases clínicos y la confirmación de que ahora también es efectivo en el arco contrario (cinco goles de distintos tipos y formas), y la aparición estelar del jugador del Barcelona acompañado por Crespo hasta la lesión y después por el jugador del pueblo, ese que no da una pelota por perdida como lo muestra siempre que juega Carlitos, nos permitieron ver que plantel hay. Y de sobra.

Entonces, ¿Por qué se perdió otra vez un partido que definía una torneo? ¿Además de no haber jugado ni la cuarta parte de los que se hizo en los 5 partidos previos, hay una merma psicofísica a la hora de enfrentarse con los dueños de América?

Si vamos al archivo, ese que nunca miente según dicen los analistas, desde hace 18 años (a partir de la famosa mano de Tulio y posterior eliminación en los penales), siempre ganan ellos los partidos determinantes. Cuartos de final en las Copas América 95 y 99, las finales de 2004 y 2007 y la final de la Copa Confederaciones 2005. Aun sin sus jugadores estrella como Ronaldinho, Kaká o Adriano, Brasil siempre exige respeto y, sobre todo, pensar que juegue quien juegue, la verdeamarelha no pierde su historia. Nuestra última alegría en duelos de mano a mano con la máxima potencia futbolera sigue siendo Ecuador 93 por penales, el año del último festejo para la mayor. ¿Esta contestado el interrogante? Sin palabras…

Mucho se ha comentado. Los clásicos detractores, por oportunismo y aprovechando sus ideas futbolísticas, aparecen para fulminar a una selección que hasta hace unos días parecía la mejor desde México 86, pero que por las 20 hs. del domingo que pasó empezaba a mostrar lo peor del pueblo argentino: el no saber perder y la soberbia de creer que todos sabemos de todo a la hora de hablar sobre tal o cual cuestión. Si hasta se mencionó que tanta pileta, tanta relajación, los arrugo para disputar la final contra Brasil. Increíble y deplorable a la vez, ¿no?

El segundo ciclo de Basile, que comenzó hace unos meses con el mismo trío ofensivo (Riquelme – Messi – Tevez), finalizó de la misma manera: lapidario 0-3 en contra y con Dunga contento por el planteo ante un equipo de mejor calidad técnica, pero que careció de una estrategia para sobreponerse ante la táctica impuesta por el capitán campeón del mundo en USA ´94. ¿Y ahora, que se viene? Fuera de discusión está que esta selección necesita reivindicarse ante la cruel derrota sufrida. También habrá que pensar en un serio camino hacia el Mundial de Sudáfrica, de hecho, el objetivo number one para el Coco y su ballet. Como dice la canción “…todo pasa…”, pero la espina quedó clavada otra vez. Nadie lo merecía, pero así fue.

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