
Sus competencias Internacionales comenzaron a los 14 años ¿Joven, no? Se colgó la medalla de oro en los Juegos Sudamericanos de Venezuela (1994) y ya un año más tarde, no se quedó pensando en la fiesta que toda niña bonita quiere a esa edad. A los 15 años se subió al primer lugar del podio en lo que fue la última gran participación argentina en un evento polideportivo: deslumbró a todos, conocidos y extraños en los Panamericanos de Mar del Plata. Y esto no fue todo, ya que su seguidilla furiosa siguió con un año más de vida pero en el mismo período, al obtener la plateada en el Mundial de Filipinas. En pocas palabras, una niña sin miedos y con las condiciones para ser de las mejores...

“Es la calidad de la entrega personal lo que distingue a los grandes campeones". Son esas palabras la que la exponen de cuerpo entero. Certera cuando tiene a sus rivales enfrente y metódica para seguir al pie de la letra su entrenamiento riguroso. Eso lo saben el entrenador de la Selección Nacional de taekwondo, Ricardo Puppo y su coach personal, Darío Bonfante. Tienen un enorme potencial para trabajar de cara a lo que será su revancha y la búsqueda de quedar en la memoria de todos los argentinos. Y, porque no, en la tapa de todos los diarios de ese día.
El sábado 28 de Agosto hace 4 años, en Atenas, Vanina tuvo su debut que fue también la despedida de los Juegos Olímpicos. Afectada por una intoxicación que disminuyó su condición física, la representante argentina cayó ante una tal Maty Rivero, filipina que le quitó el sueño. Después de tan fuerte golpe, muchos se caen. En todo sentido. Pero al conocer a esta blonda de 28 años, su entorno sabía que el objetivo de vida que tendría para su futuro era llegar lo mejor posible y como seria candidata a Beijing. Y lo logró, pero no fue fácil…

Pese a su embarazo, siguió entrenándose hasta el séptimo mes. Una vez que dio a luz, volvió al trabajo a los 30 días. Y un mes más tarde ganó el primer selectivo local para el Preolímpico. En ese torneo, disputado en noviembre en Cali (Colombia), logró la única plaza de nuestro país, en 67 kilos, tras ganar tres combates, el último ante la canadiense Karine Sergerie, actual campeona mundial. Un regreso dorado. Y a esto le sumó tener que atravesar los clásicos problemas por la falta de apoyo de la Secretaría (le negaron hasta hace semanas una beca de $ 1.700 y el pago de pasajes para competir en el exterior) y la vergüenza que vive la Confederación del deporte, con lucha por el poder de quien controla todo.
Una historia de película. No como las que le encantaba ver de chiquita con Lee de protagonista. Tras conseguir cuatro medallas de oro en los torneos preparatorios a los JJ.OO. de Río de Janeiro (Brasil), San Luis de Potosí (México) y Herentals (Bélgica), en España se colgó la de bronce. Vanina Sánchez Beron es una mamá que pega fuerte en la vida y en el deporte. Es una esperanza que tenemos todos los argentinos. Al fin y al cabo, una enorme luchadora.
La conociste en la Licuadora Deportiva. Reviví sus palabras en el Reproductor de Audio…
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