sábado, abril 21, 2007

MESSI COPYRIGHT


¿Quién podía llegar a pensar que 21 años después del momento épico que se vivió en el Mundial de México 86, una imagen similar haría brillar los ojos de millones de personas alrededor del mundo? Un Deja Vu más que increíble…

Este joven maravilla que sigue demostrándole al mundo (y a él mismo) que puede hacer lo que quiera con una pelota en los pies, pareció viajar hacia el pasado. Cambiar el Nou Camp por el Estadio Azteca. Sacarse la blaugrana Nº 19 y calzarse la histórica 10 azul, con esa que Maradona no dejó de pasar ingleses y convertir el gol más recordado. Pero faltaba lo mejor, todavía la Pulga no había entrado en acción.

El rosarino irrumpió en escena luego de recibir un pase de Xavi en su propio campo. Apretado sobre la banda derecha y con caño incluido, eludió en una baldosa a los marcadores Nacho y Paredes, metió su tremenda quinta marcha y ya nadie pudo pararlo. Ridiculizó a Belenguer y a Alexis, desairó al arquero Luis García con otra gambeta frenética y mandó el balón a la red con derecha (su pierna menos hábil), desde un ángulo sesgado y ante la oposición de un defensor. Maravilloso. Inolvidable. Superlativo. Todos eran aplausos, como si el público hubiese sido parte de un momento para recordar siempre.

Aunque el partido y el resultado frente al Getafe por las semifinales de la Copa del Rey sean una anécdota que le ponga el marco final a este recuerdo imborrable, Lionel Messi esta marcando su propio camino. Quien supo coronarse campeón sub 20 como su ídolo, al cual fue el que vio por primera vez en la cancha de Newell´s con sólo seis años, no deja de sorprendernos nunca.

Ya sea por sus palabras humildes o por la poca importancia que le dio a este gol casi de galería (fue uno más y muy lindo, fueron sus propias palabras), pudo dormir sin inconvenientes. ¿Raro, no? Cuando la mayoría hubiese elegido festejar con despojos, subiéndose a un propio pedestal, él sigue entrenándose como el primer día en Barcelona, esa ciudad que lo cobijo junto a su familia.

Leo vale su peso en oro. Muchos podrán decir que esos 160 millones de dólares que vale su cláusula de rescisión de contrato quedan cortos, pero lo más importante es que todavía le queda mucho camino para seguir registrando su paso en el mundo de la pelota.

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