martes, junio 13, 2006

Corleto y su garra Puma enfrentaron a la UAR

Una nota imperdible. El anhelo de muchos colegas. Las ganas de saber la verdad invadieron redacciones y estudios de televisión y de radio. Los Pumas se pusieron firmes y eso significó el desastre en la Unión Argentina de Rugby (UAR)

Teléfonos incorrectos abundaban en los escritorios, contestadores en francés, idioma que es bastante ajeno a nuestra lengua, y un séquito de inconvenientes provocaron un círculo de frustración, aunque éste término no deba existir en el mundo de los medios. Por fin respondió. Del otro lado de la línea y a muchos kilómetros de distancia estaba Ignacio Corleto. El excelente fullback que viste la
camiseta número 15 de Los Pumas. Un histórico. Un referente para los más chicos.

Nani, como se le acostumbra a decir en el mundo del rugby, estaba entre la multitud que alentaba a su compatriota, el tenista José “Chucho” Acassuso en un partido de Roland Garros. Pidió disculpas, no podía hablar. Durante el juego, la palabra, la voz están casi prohibidas en el mundo del tenis. De nuevo la incertidumbre. Se acercaba el momento de editar y nada estaba en orden.

Dos horas más tarde, el intento del llamado fue positivo. Corleto, siempre muy correcto, estaba dispuesto a hablar y a expresar toda su bronca y su desilusión. “Nosotros jugamos en Los Pumas por la camiseta, porque si fuese por la plata o la infraestructura que nos provee la UAR nos quedaríamos en nuestros clubes”. Palabras justas, llenas de dolor, reflejaron lo que Ignacio siente por su Selección. Al fullback que juega en el Stade Francais junto a Juan Martín Hernández y Agustín Pichot, otros dos Pumas, se lo sintió nervioso y desilusionado con la dirigencia del rugby argentino. “Me siento mal. No puedo creer que esto nos esté pasando. Hace más de seis meses que estamos negociando. Pero la UAR no dio la cara. Pedimos reuniones y ellos nunca aparecieron”, declaró atónito.

Luego, y gracias al esmero del Nani por charlar de forma extensa, el rugbier expresó: “Los chicos de Juego Reducido no se merecen esto, en verdad nadie debería pasar por esta situación. Los jugadores que participaron en el Seven de Hong Kong pagaron de su bolsillo la mayoría de los gastos. Y si a eso se le suma todo lo que nos debe la Unión, estaríamos hablando de un monto de más de un millón de pesos”. “¿Ves por qué digo que jugamos nada más que porque amamos a nuestra camiseta, ya que si fuera de otra forma nadie se movería de sus casas?”. Su voz se quebró tanto como la relación entre la UAR y los jugadores que firmaron una carta en la que renunciaban a competir y representar a la Argentina hasta que no se resolvieran los problemas económicos entre las partes.

La ira de Corleto no quedó ahí. Avanzó a zancadas, similares a las que realiza antes de anotar un try. Esta vez se refirió a los compromisos internacionales y la exigencia de parte de la Unión: “Nos piden resultados. Se molestan si estos no se dan. Pero no tenemos ropa para entrenar, las canchas no tienen pasto, deciden realizar partidos ajenos al calendario de la International Rugby Board (IRB). No los entendemos. No sabemos que pretenden”.
El Nani está mal. Tan mal como su rodilla, de la cual será operado y estará inactivo hasta septiembre de este año. Atrás quedó el Stade Francais, le importa. Sí, mucho, pero está metido en el Mundial de selecciones programado para el 2007.
Ahí, de nuevo, dispara contra la UAR: “Presentamos diversos proyectos para llegar de la mejor forma al mundial y nada. No le prestaron atención. El Mundial lo queremos jugar, pero no responden, son hostiles”.
Ya era tarde para todo. La decisión estaba tomada. Corleto y sus compañeros firmes ante su cumplimiento. No quedaba mucho por decir. Antes de la despedida, sin embargo, el Nani anticipó lo que podría llegar a pasar en caso de la no existencia de una solución favorable a ambas partes: “Me duele mucho todo esto. Pero la decisión está tomada. Nosotros queremos solucionar los problemas. Esto ya no depende de nosotros. Es una lástima que en el gran momento que vive el rugby pase esto”.

Se despidió, siempre cordial. En Francia eran las nueve de la noche. La voz nostálgica de Corleto invadió el teléfono. Deseó suerte, se imaginó triunfador, sólo por un rato aunque con la esperanza de la eternidad.
Florencia Sol Cendoya

1 comentario:

Juan José Ciceri dijo...

Si Flor, tb, apoyo a los chicos. Alta entrevista. Excelente la nota. El toque del final ("etermindad") le da ese no se que!!!!!!